El cambio climático ha alterado los patrones climáticos en todo el mundo, y México no es una excepción. En los últimos años, el país ha sido testigo de sequías prolongadas, inundaciones devastadoras y otros fenómenos extremos relacionados con el clima. Ahora, los especialistas han emitido una advertencia alarmante: el país podría no estar preparado para los fenómenos climáticos de La Niña y El Niño, que se espera que azoten de manera extrema a finales del verano de 2023. Con la falta de preparación y prevención adecuadas, las consecuencias podrían ser catastróficas.
Programa 05 febrero 2023 Parte 1 | Casting para la sección del clima.
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¿Está México listo para enfrentar este desafío climático?
La Organización Meteorológica Mundial ha presentado un nuevo informe sobre el clima global y se espera que el mundo experimente mucho más calor, sequías e inundaciones severas en los próximos años. En este contexto, se anticipa un fenómeno de El Niño “extremo” que llegará hacia finales del próximo verano.
México, como otros países, debe prepararse para esto, pero los especialistas lamentan que el país no establezca suficientes políticas públicas preventivas y, en cambio, reaccione ante las contingencias.
¿Qué estados de México corren mayor peligro?
Los expertos señalan que el estado de Sonora es particularmente vulnerable a la crisis climática, ya que ya está experimentando temperaturas mayores a los 40 grados en abril.
La falta de planificación y prevención adecuadas podría tener consecuencias catastróficas para el país. Aunque actualmente estamos en una fase neutral, los especialistas advierten que, a finales del próximo verano, podría venir el azote de un El Niño extremo que traerá más humedad y lluvias.
¿Cómo afectaría a las personas el Niño?
Los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña pueden tener una serie de efectos negativos en las personas. En el caso de El Niño, que se caracteriza por un calentamiento anormal de las aguas del Pacífico ecuatorial, puede causar inundaciones, sequías y olas de calor, lo que aumenta el riesgo de incendios forestales y de propagación de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y el zika.
Por otro lado, La Niña, que se caracteriza por un enfriamiento anormal de las aguas del Pacífico ecuatorial, puede provocar sequías y olas de frío extremo, lo que también aumenta el riesgo de incendios forestales y de propagación de enfermedades respiratorias. También puede provocar una disminución en la producción de alimentos, especialmente para los cultivos que requieren más agua.
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