Permanentemente se van dando a conocer nuevos descubrimientos sobre nuestro planeta y todo lo que lo rodea. Recientemente, la NASA reveló por primera vez sonidos de la Tierra y el Sol.
Te puede interesar: Detectan nuevo tipo de luz solar: ¿qué consecuencias tendrá para la humanidad?
Dentro de su misma organización, el ente espacial cuenta con un proyecto muy ambicioso llamado HAARP, el cual está siendo mirado con lupa por algunos científicos y estudiosos del tiempo y del clima.
El proyecto consiste en 180 antenas que funcionando en conjunto, emiten un billón de ondas de radio de alta frecuencia. Las mismas penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los elecrojets aureales con la finalidad de traducir los ruidos espaciales en datos utilizados por los científicos.
¿Cómo son los sonidos de la Tierra y el Sol?
Robert Alexander, miembro del equipo HARP de Auralab Technologies en Michigan, ha explicado a grandes rasgos el estudio que están haciendo:
La sonificación de datos brinda a los seres humanos la oportunidad de apreciar la música natural del cosmos. Escuchamos sonidos que están literalmente fuera de este mundo, y para mí eso es lo más parecido a flotar en un traje espacial
Esto es gracias al proyecto HAARP que ha transformado ondas inaudibles para el ser humano, en sonidos, zumbidos, crujidos. Michael Hartinger, investigador principal, comentó lo siguiente:
Lo que más me emociona del proyecto HAARP es la capacidad de los científicos para hacer nuevos descubrimientos en la investigación heliofísica a través del análisis de audio. Necesitamos su ayuda para comprender patrones complejos en el entorno espacial cercano a la Tierra
También te puede interesar: Peligro en El Himalaya: deshielo invisible pone en riesgo a mil 900 millones de personas.
El espacio entre nuestro planeta y el Sol se encuentra lleno de partículas y se denomina plasma que es material proveniente de la estrella de nuestro Sistema Solar.
El plasma genera una corriente constante llamada viento solar que esporádicamente es expulsado por erupciones solares. Cuando este plasma solar golpea nuestro lugar hace que las líneas del campo magnético y el plasma alrededor de la Tierra vibren como las cuerdas pulsadas de un arpa produciendo ondas de frecuencia ultra baja que apenas son detectadas.