De acuerdo con Giovanni Battista Riccioli en su compendio titulado Nuevo Almagesto en el siglo XVII, los mares de la Luna son las zonas más oscuras que podemos visualizar a simple vista en la superficie de la Luna y las más claras son denominadas tierras. Actualmente, los mares son llamados tierras bajas para separarse de la interpretación acuosa de hace siglos y las tierras altas son denominadas así en contraposición al otro tipo de terreno.
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¿Qué originó a los mares de la Luna?
Los mares de la Luna, según la teoría de su origen más aceptada, explica que su formación se debe a unas erupciones volcánicas que llegaron a expulsar una lava muy fluida que llenaría grandes extensiones de terreno y borrar cráteres de impacto anteriores. Gracias a estas lavas, que son basaltos ricos en hierro y titanio, los mares de la Luna son más oscuros y no son tan reflectantes como las tierras altas.
Cabe destacar que estas erupciones que dieron paso a los mares de la Luna serían provocadas por una serie de grandes impactos, como puede ser las de unos cometas por estar compuestos por hielos, en contraposición a objetos rocosos, como los asteroides.
¿Por qué los mares de la Luna no contienen agua?
Los mares de la Luna no contienen agua porque en realidad se trata de planicies extensas, oscuras y basálticas en la superficie del satélite natural de la Tierra. Sin embargo, los primeros astrónomos como Giovanni Battista Riccioli los confundieron visualmente por su gran parecido con los mares que tenemos en nuestro planeta.
Como se ha dicho antes, los mares de la Luna son fáciles de distinguir en la superficie por su oscuro color y por reflejar menos la luz del Sol que las tierras altas. Así, el suelo que caracteriza a los mares lunares surgieron a lo largo de millones de años tras el impacto de unos meteoritos que lograron perforar la corteza lunar, produciendo así a los mares de la Luna.
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