Refiere a una nueva concepción que define el ser hombre. También denominadas masculinidades alternativas, cuestiona la idea de la masculinidad tradicional y lo establecido por los roles de género, a efecto de replantearlos en aras de una sociedad más igualitaria; con ello se busca eliminar la violencia de género y otras violencias que afectan negativamente a la sociedad y a los propios hombres.
Lo Que Callamos Las Mujeres | Maritza: Deconstruir para construir
La masculinidad tradicional o hegemónica, hace referencia a la virilidad y la construcción sociocultural de lo que se considera ser hombre. La masculinidad tradicional, está íntimamente vinculada a los llamados roles de género, en los cuales se asignan tareas y responsabilidades de acuerdo con el sexo, entre ellas las actitudes, comportamientos, formas de pensar, el rol productivo, reproductivo, etc.
Las nuevas masculinidades buscan replantear estas construcciones socioculturales, con el propósito de: superar la violencia machista, el dominio, el detrimento de los derechos de las mujeres y los efectos negativos que el mismo hombre experimenta. Este replanteamiento implica desaprender o replantear la visión del mundo que como hombres se ha creado, optando por un modelo de masculinidad basado en la igualdad entre hombres y mujeres, siendo beneficiadas las mujeres que dejan de ser consideradas como inferiores. De igual modo, el hombre se beneficia en su autoestima, su crecimiento personal, en la calidad de sus relaciones con otras personas, y en general, alcanzando un estado de mayor libertad, alejado de mandatos sociales que le obligan a no demostrar sus emociones y a ser siempre un modelo de fortaleza y agresividad.
Medidas y alternativas para propiciar nuevas masculinidades
Abordar nuevas formas de masculinidad implica cuestionar el sistema de privilegios en el que el propio hombre se ubica por encima de la mujer; por ello, asumir una nueva masculinidad significa renunciar a estos beneficios en favor de la sociedad y del suyo propio. Llevarlo a cabo, es una tarea ardua pero no imposible, pues conlleva desentrañar la violencia de género, los esterotipos, los roles de género y los micromachismos. A continuación, se enuncian una serie de medidas para lograrlo:
- Iniciar la sensibilización y reflexión sobre temas de género, para comprender el contexto de la violencia en distintas áreas o espacios.
- Que los hombres den inicio a un compromiso de cambio.
- Aceptar su propia vulnerabilidad.
- Aprender a expresar sus emociones y sentimientos.
- Aprender a pedir ayuda y apoyo.
- Aprender métodos no violentos para resolver los conflictos.
- Aprender a aceptar actitudes y comportamientos tradicionalmente etiquetados como femeninos, como partes indispensables para un desarrollo humano integral.
- Fomentar las relaciones personales desde una perspectiva que no implique la violencia o el bullying.
- Modificar la mentalidad de que la mujer es un objeto a su disposición y servicio.
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¿Cuáles son sus causas?
La masculinidad llamada ‘hegemónica’ forma parte de la imposición del sistema social que ha perpetuado la idea de que los hombres son superiores a las mujeres. Esdecir, los hombres buscan cubrir determinadas características que encajen en ciertos estereotipos que están alejados de aquellos propiamente femeninos. En ese escenario, se hace alusión a hombres importantes, independientes, autónomos, activos, productivos, heterosexuales, arriesgados, agresivos, proveedores familiares incapaces de demostrar emociones. Esta masculinidad hegemónica se ejerce a través del machismo, que se sirve también de comportamientos y pensamientos violentos, normalizados socialmente a través de los cuales se ejerce control y dominio.
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¿Cómo prevenir una masculinidad hegemónica machista?
La mejor forma de prevenir la masculinidad basada en la violencia y el dominio, es a través de la educación temprana. Por ejemplo: educando a hombres y mujeres en la igualdad, alejádoles de los patrones de violencia normalizada. Aquí esbozamos algunos consejos adicionales de cómo el hombre puede contribuir a formar nuevas masculinidades:
- Compartiendo las labores domésticas, desde el entendimiento que no es un favor, sino que también le corresponden, como: el cuidado y la crianza de los hijos e hijas; cocinando; y haciendo tareas de limpieza.
- Planteando cambios en las actitudes convencionales de los hombres. Por ejemplo, cuestionando si las formas de relación entre ellos se basan en comportamientos violentos, como insultos, agresiones físicas o incluso sexuales para “demeritar la
masculinidad” de otro hombre.
- Promoviendo la no violencia, entre los hombres pero en especial la que se ejerce en contra de las mujeres por el hecho de serlo.
- Creando la oposición al machismo y reconociendo las consecuencias negativas que éste ha traído a las relaciones interpersonales
- Evitando utilizar el poder para imponerse sobre otros/as.
- Considerando que la masculinidad no se ve amenazada por compartir puntos de vista con las mujeres.
- Reconociendo la diversidad y considerando que la homosexualidad o cualquier manifestación de la diversidad sexual y de género no es un peligro para la masculinidad.
- Evitando la reproducción de estereotipos sexistas y llamando la atención cuando se hagan comentarios o conductas que demeriten a lo femenino, sobre todo en los grupos conformados solamente por hombres..
