ROBERTO GUTIÉRREZ, segundo al mando de la organización de El Boss, tiene 45 años y al mirarlo en la calle es imposible imaginar lo que se esconde detrás de ese rostro común de ciudadano corriente, ni cuánta sangre ha corrido por sus manos.
Es el blanco en el que sin saberlo Diego ha ocultado sus fechorías. Lo tiene como abogado de todas las empresas que ha ido entregando, por si en algún momento descubrieran la existencia de un sapo, él pudiera culpar a Roberto.
Roberto es un hombre inteligente, cauteloso y cerebral, es el encargado de planificar todo, aunque el protagonismo siempre se lo lleve Trujillo.