El gaslighting es una forma de abuso psicológico que se basa en la manipulación de la realidad para hacer que la víctima dude de su propia percepción y memoria. A menudo se utiliza en relaciones personales, en el lugar de trabajo y en la política para ejercer control y poder sobre alguien.
¿De dónde surge el término gaslihgting?
El término “gaslighting” proviene de la película de 1944 “Gas Light”, en la que un marido manipula la iluminación de la casa para hacer que su esposa crea que está perdiendo la cordura. Aunque la película es ficticia, el gaslighting es una técnica real y peligrosa que puede tener graves consecuencias para la salud mental de la víctima.
¿Cómo el gaslighting afecta tu salud mental?
El gaslighting puede comenzar de manera sutil, con pequeñas mentiras o cambios en la realidad que son difíciles de detectar. Con el tiempo, las mentiras se vuelven más grandes y complejas, haciendo que la víctima se sienta confundida, ansiosa y sin rumbo. Algunos de los efectos más comunes del gaslighting incluyen:
- Ansiedad y depresión: La víctima puede sentirse ansiosa o deprimida, especialmente si siente que no puede confiar en su propia percepción de la realidad.
- Autoestima baja: El gaslighting puede hacer que la víctima se sienta menos valiosa y menos segura de sí misma, ya que se cuestiona su propia memoria y pensamientos.
- Desconfianza en los demás: Como resultado de la manipulación, la víctima puede comenzar a desconfiar de los demás y aislarse socialmente.
- Dificultades para tomar decisiones: El gaslighting puede hacer que la víctima tenga dificultades para tomar decisiones, ya que no está segura de lo que es real y lo que no.
- Problemas físicos: El estrés y la ansiedad causados por el gaslighting pueden provocar problemas físicos, como dolores de cabeza, insomnio y problemas gastrointestinales.
Si crees que estás siendo víctima de gaslighting, es importante buscar ayuda. Puedes hablar con un amigo cercano, un miembro de la familia o un profesional de la salud mental para obtener apoyo y orientación. También puedes considerar poner límites claros con la persona que está manipulándote y, en algunos casos, alejarte por completo de la situación.
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