Atormentada por su infelicidad en el matrimonio, Hatice Sarikadi escapa de su casa, dejando atrás a su pequeña hija Bahar.
Logra formar una familia junto a Enver, el hombre con el que tuvo una hija de nombre Sirin, fue este el verdadero comienzo de una nueva vida, aunque, no olvida a su primogénita.
Bahar siempre permanece en los pensamientos de Hatice, aunque con el tiempo, aquella niña que abandonó, se convierte en un distante y triste recuerdo de su pasado.
El destino vuelve a encontrar a madre e hija, provocando que se remuevan importantes emociones en la vida de Hatice.