En un mundo donde la búsqueda de la felicidad parece estar siempre en primer plano, recientes hallazgos han arrojado nueva luz sobre cuándo realmente alcanzamos el pico de esta emoción en nuestras vidas. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard ha revelado datos sorprendentes que podrían cambiar nuestra perspectiva sobre dicho estado de animo y la edad.
¿A qué edad alcanzamos el pico de felicidad, según Harvard?
Según la investigación, la etapa más feliz de la vida suele comenzar a partir de los 60 años. El estudio abarca un análisis de 80 años y más de 700 participantes, destacando cómo las relaciones personales juegan un papel crucial en el bienestar emocional. Los hallazgos sugieren que a medida que envejecemos , adquirimos aprendizajes y experiencias que nos permiten disfrutar más plenamente de la vida y apreciar con mayor claridad los momentos vividos, entendiendo mejor la mortalidad y las limitaciones de la existencia.
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¿La felicidad puede cambiar con la edad?
Además, la felicidad no es estática; varía a lo largo de la vida, adaptándose a nuestras experiencias y cambios personales. El estudio de Harvard describe cuatro etapas de la vida, cada una marcada por diferentes enfoques y desafíos.
En la adolescencia, la influencia de nuestro entorno es predominante. Durante la primera etapa adulta, la construcción de redes de apoyo y relaciones significativas cobra importancia. La mediana edad se caracteriza por un fuerte enfoque en las responsabilidades y la preocupación por los demás. Finalmente, la vejez, etapa en la cual muchas personas encuentran la mayor felicidad, se asocia con la jubilación y la oportunidad de dedicarse a actividades y personas que realmente les importan.
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¿Qué hacer para ser más felices?
De igual modo, el estudio subrayan que no es necesario esperar a los 60 años para disfrutar de la vida. Recomienda aprender de las experiencias de las personas mayores y comenzar a cultivar relaciones de calidad desde temprana edad. Fomentar una perspectiva más amplia y valorar las conexiones humanas puede mitigar frustraciones y mejorar la profundidad de nuestras relaciones. Además, priorizar la positividad y el aprendizaje continuo en todas las fases de la vida puede ser clave para alcanzar un bienestar duradero.