Seguro que más de una vez te han dicho que no debes meterte a nadar después de comer. Pero, ¿es solo un mito o hay algo de verdad en ello? Pues bien, en este artículo vamos a averiguar qué ocurre en nuestro organismo cuando nos lanzamos al agua justo después de una comida. Así que prepárate para descubrir qué pasa realmente si te atreves a desafiar esta regla tan conocida. ¡No te lo pierdas!
¿Qué pasa si acabas de comer y te metes a la piscina?
Cuando comemos, nuestro sistema digestivo se pone en marcha para descomponer los alimentos y absorber los nutrientes. Esto implica un aumento del flujo sanguíneo hacia el estómago y los intestinos, lo que puede provocar una disminución del flujo sanguíneo hacia otras partes del cuerpo, como los músculos.
Al meterse a la piscina después de comer, el cuerpo necesita desviar parte de la sangre que se dirige a los músculos hacia el sistema digestivo para ayudar en la digestión. Esto puede provocar calambres en los músculos, especialmente en las extremidades, ya que no reciben suficiente oxígeno y nutrientes.
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Además, si el agua de la piscina está fría, puede disminuir aún más la temperatura corporal, lo que también puede afectar la digestión y causar molestias estomacales. Es por eso que muchas personas experimentan sensación de pesadez, malestar o incluso náuseas al nadar después de comer.
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¿Cuánto tiempo tengo que esperar para nadar después de comer?
La respuesta a esta pregunta puede variar de una persona a otra, ya que cada organismo es diferente. Sin embargo, como regla general, se recomienda esperar al menos una hora después de comer antes de meterse a nadar.
Durante este tiempo, el cuerpo tiene la oportunidad de digerir parcialmente los alimentos y disminuir el flujo sanguíneo hacia el sistema digestivo. De esta manera, se reduce el riesgo de calambres y molestias estomacales al nadar.
Es importante tener en cuenta que esta recomendación no solo se aplica a comidas copiosas, sino también a meriendas ligeras. Incluso si solo has comido algo ligero como una fruta, es aconsejable esperar al menos una hora antes de nadar.
En pocas palabras, aunque puede resultar tentador lanzarse al agua inmediatamente después de comer, es mejor esperar un tiempo para evitar posibles molestias y calambres musculares. Recuerda que cada organismo es diferente, por lo que es importante escuchar a tu cuerpo y ajustar el tiempo de espera según tus propias necesidades. ¡Así podrás disfrutar de un chapuzón refrescante sin preocupaciones!