A lo largo del año, las estaciones permiten disfrutar a millones de personas que habitan el territorio mexicano una variedad de climas que dependen de las condiciones de humedad de cada región. Algunos de los estados pasan temperaturas cálidas mientras que otras son consideradas frías, pero desde hace varios años derivado al cambio climático, las temperaturas se han visto inestables. Ya es común que durante la temporada de lluvias, las sequías y el calor extremo prevalezcan mientras que en temporadas de frío se presenten lluvias atípicas.
Durante este año se espera que las condiciones sean las mismas, ya que con la llegada del fenómeno de ‘El Niño’ a pocos días a territorio nacional, sus efectos serán perceptibles en gran parte del país.
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¿Qué es el fenómeno de ‘El Niño’?
El fenómeno de ‘El Niño’ se origina en la superficie del Océano Pacífico cuando esta se calienta más de lo normal (En específico en la línea imaginaria del Ecuador, entre las costas de América Central y América del Sur). Este calentamiento de las masas oceánicas provoca lluvias abundantes en las costas occidentales de América, provocando un fenómeno natural que se puede sentir de dos formas: La fría, llamada ‘La Niña’ y la cálida como ‘El Niño’.
Según la Conagua, el fenómeno de ‘El Niño’ se percibe en un periodo cercano a la Navidad, ya que se asocia al Niño Jesús. Sin embargo, en las últimas décadas se ha percibido que el calentamiento del mar se presenta en una región más amplia que se extiende desde el Océano Pacífico Central.
De la misma forma, la ocurrencia de este fenómeno no es periódica pero su duración se puede prolongar por varias estaciones del año, siendo perceptible durante el verano y el otoño.
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¿Cómo afecta el fenómeno de ‘El Niño’ al territorio Mexicano?
El fenómeno de ‘El Niño’ provoca que las lluvias sean constantes y que la temporada se extienda, aunque los patrones de precipitación varían a lo largo del país dependiendo de la intensidad del fenómeno.
El fenómeno de ‘El Niño’ se divide en tres niveles de intensidad:
En la débil, los patrones de precipitación serían normales durante la primavera en casi toda la República, a excepción de la Península de Yucatán. Durante el verano, las condiciones serían de normales a húmedas o por arriba del promedio y en las estaciones de otoño e invierno se observarían condiciones de normales a por debajo del promedio en el norte y noroeste mientras que en el centro y sur del país serían húmedas.
Para el nivel moderado, son perceptibles anomalías ligeramente positivas en parte del oeste, norte y en la mayor parte de Tabasco en los meses de primavera, mientras que la mayor parte del país permanecería bajo condiciones normales. En los meses de verano, el patrón de anomalías positivas en el oeste sería inverso y se observarían condiciones húmedas en el noreste, centro y sur, mientras que en la Península de Yucatán se presentarían condiciones secas. Este patrón persistiría en el otoño para las regiones del noroeste, mientras que en Veracruz se observan condiciones secas y una Península de Yucatán más húmeda. En el invierno, se presentarían anomalías negativas a lo largo de la Península de Baja California, Sonora, Sinaloa y la parte norte de Nayarit, así como en la zona limítrofe entre los estados de Jalisco, Colima y Michoacán, algunas regiones de Chihuahua y Coahuila y la parte centro de Veracruz. El resto del país permanecería bajo condiciones normales, a excepción del estado de Tabasco.
Para la fase intensa de ‘El Niño’, serían perceptibles anomalías por debajo de lo normal en la mayor parte del territorio nacional, en especial durante los meses de verano y otoño, dando origen a condiciones de sequía intensa. Las anomalías negativas se presentan con mayor intensidad en la parte noroeste, oeste, centro, este y sur del país, con excepción de zonas localizadas en Chihuahua, Coahuila, Guerrero y el norte de Chiapas que presentan condiciones húmedas. Durante el invierno, estas condiciones de sequedad se debilitan pero persisten en zonas de Sonora, y el noroeste y suroeste del país.