Si estás buscando una forma efectiva de controlar el apetito y mejorar tu salud, un ejercicio que ayuda a controlar la hormona del hambre podría ser la clave. La relación entre el tipo de entrenamiento y la regulación de la gula ha sido objeto de estudio en los últimos años, y los hallazgos recientes sugieren que ciertos tipos de actividad física pueden influir directamente en la hormona grelina, responsable de desencadenar la ansia de comer. Un reciente estudio realizado por la Dra. Kara Anderson, en la Universidad de Virginia, ha arrojado importantes conclusiones sobre este tema.
¿Cómo afecta el ejercicio a los niveles de grelina?
La grelina es una hormona producida principalmente en el estómago, cuyo papel principal es regular el apetito. Cuando los niveles de esta sustancia aumentan, el cerebro recibe señales que provocan la sensación de hambre. Esto puede resultar en un aumento de la ingesta calórica y, en consecuencia, en dificultades para bajar de peso. Por lo tanto, controlar los niveles de grelina puede ser una estrategia clave para quienes buscan reducir su ingesta de comida y lograr una pérdida de kilos sostenible.
En el estudio de la Dra. Anderson, se compararon los efectos de dos tipos de ejercicio sobre los niveles de grelina: la actividad de alta intensidad y el entrenamiento de intensidad moderada. Los participantes fueron divididos en dos grupos y realizaron sus respectivas rutinas durante 12 semanas. El grupo de alta intensidad, que realizaba actividades como entrenamientos en intervalos de alta intensidad (HIIT), carreras de velocidad y ejercicios de resistencia vigorosos, mostró una notable reducción en los niveles de grelina tras cada sesión de ejercicio.
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¿Qué tipo de ejercicio es más efectivo para suprimir el hambre?
El principal hallazgo del estudio fue que el ejercicio de alta intensidad tiene un impacto más efectivo en la supresión de la grelina en comparación con el entrenamiento de intensidad moderada. Los participantes del grupo de alta intensidad experimentaron una disminución significativa en los niveles de esta hormona, lo que se tradujo en una menor sensación de hambre y una reducción en la ingesta calórica diaria. Por otro lado, los participantes que realizaron actividad de intensidad moderada, como caminar o nadar a ritmo constante, no mostraron los mismos efectos en la regulación de la grelina.
Este descubrimiento sugiere que incorporar ejercicios de alta intensidad en la rutina diaria podría ser una estrategia útil para controlar el apetito y favorecer la pérdida de peso. Sin embargo, es importante recordar que cada persona es diferente, por lo que lo ideal es combinar diversos tipos de actividad física y mantener una alimentación equilibrada para lograr los mejores resultados.