El Dr. Reséndiz sufre un paro durante la delicada cirugía que le realizan, logran estabilizarlo, pero deben inducirle el coma durante la recuperación. El pronóstico es incierto y esto preocupa a todos. Daniel comienza a odiar a Mariana y su comportamiento tiránico, internamente surge la rebelión, y decide que es momento de darle a Lucía un descanso de las exhaustivas guardias nocturnas. Claudio llega de Puebla y Lucía decide enfrentarlo, le pregunta sobre las visiones que ha tenido sobre su madre y toma a Claudio desprevenido.
Un pequeño paciente ingresa al Hospital Matilde Montoya y nadie sabe con exactitud qué es lo que le pasa. La única que pudo ayudarlo fue Lucía y su extraño don. El Dr. Reséndiz, al parecer, logró salir del quirófano después de que lograran estabilizarlo, pero no se sabe con exactitud cuál es su estado actual.
Mariana le ordena a Daniel que siga usando a Lucía para cubrir los turnos más pesados del hospital, pero él se resiste y le da un respiro a Lucía para que pueda descansar, ya que él ha notado que está agotada por tanto trabajo. Además, Mariana le pidió que vigilara de cerca a Karina, la nueva doctora del hospital.
En otro momento, Mariana se acercó a Karina para recordarle que en el hospital no se puede confiar en cualquiera, pero aún no está claro cuáles son las intenciones de Karina en el Matilde Montoya o cuál fue la razón de su ingreso al cuerpo médico.
Todo terminó cuando Lucía, en un momento a solas con su padre, comienza a hablarle de su extraño don. Él, queriendo calmar las cosas, comenzó a culpar a las medicinas que ella tomó después de haber tenido su accidente, pero Lucía le preguntó si su madre también tenía este don, poniendo en un lugar muy incómodo a su padre.