La diabetes es una condición metabólica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque existen varias clasificaciones de esta enfermedad, las más comunes son la tipo 1 y tipo 2.
A pesar de compartir el mismo nombre, estas dos formas de diabetes tienen diferencias significativas en términos de origen, síntomas y tratamiento. Dicho esto, a continuación te explicamos a detalle.
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¿Cuál es la diferencia entre la diabetes tipo 1 y 2?
La principal disparidad entre la diabetes tipo 1 y 2, radica en su origen. La primera es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico ataca y destruye las células beta del páncreas, responsables de producir insulina.
Por otro lado, la diabetes tipo 2 está vinculada a la resistencia a la insulina y a la disminución de su producción. En este caso, el cuerpo no puede utilizar eficientemente la insulina que produce, lo que ocasiona niveles atípicos de azúcar en sangre.
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Síntomas de la diabetes tipo 1
Los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden manifestarse repentinamente y ser más pronunciados. Los afectados experimentan aumento de sed, pérdida de peso inexplicada, fatiga, visión borrosa y frecuencia urinaria elevada. Además, las personas con esta enfermedad crónica, pueden presentar hambre constante, incluso después de comer.
Síntomas de la diabetes tipo 2
En contraste, los síntomas de la diabetes tipo 2 pueden desarrollarse de manera más gradual y, en ocasiones, pasar desapercibidos. Los signos más comunes incluyen aumento de sed, visión borrosa, cansancio, infecciones frecuentes y heridas que tardan en cicatrizar.
A menudo, se diagnostica cuando los pacientes buscan atención médica para problemas relacionados, y los exámenes de rutina revelan niveles elevados de glucosa en la sangre.
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¿Cómo saber qué tipo de diabetes tienes?
Determinar el tipo de diabetes requiere de una evaluación médica. Las pruebas de laboratorio, como la medición de los niveles de glucosa en la sangre y la prueba de hemoglobina A1c, son esenciales para un diagnóstico preciso. No obstante, la diabetes tipo 1, generalmente se diagnostica en personas jóvenes, mientras que la tipo 2 es más común en adultos mayores, aunque la línea entre ambas puede difuminarse en ciertos casos específicos.
Cabe destacar que el tratamiento para la diabetes tipo 1 requiere la administración de insulina, ya que el cuerpo no la produce en absoluto. Por otro lado, el tipo 2 puede manejarse con cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular y, en algunos casos, medicamentos para reducir la glucosa en la sangre.