El Día de Muertos es una de las más grandes celebraciones en México y la más famosa en todo el mundo. Muchas personas esperan con ansias estas fechas para poder recordar a esos seres queridos que se nos adelantaron en el camino.
Otros esperan con ansías el momento de colocar la ofrenda y recibir la visita de los espíritus que una vez vivieron con ellos. Pero, ¿cómo era la celebración en las civilizaciones del pasado? ¡Te lo contamos!
¿Cómo celebraban los Mayas el Día de Muertos?
Los Mayas celebraban el Día de Muertos con el Hanal Pixán, que tenía características diferentes a la tradicional fiesta de México en la que recordamos a nuestros seres queridos que ya no están.
El Hanal Pixán significa “comida para el alma”, y las celebraciones duraban varios días. Se construían muchos altares con flores de cempasúchil, la comida favorita del difunto y velas. Estos altares se colocaban en las casas y en los cementerios, como nosotros hacemos con las ofrendas.
Los alimentos eran platillos tradicionales, como el pib (un tamal cocido bajo tierra), atole, mucbipollos, frutas y bebidas típicas. Estos se le ofrecían al espíritu de los difuntos. Además, se hacían caminos llenos de velas y de incienso para poder ayudar a los espíritus en su viaje.
Las festividades también tenían mucha música y muchos bailes, además de que las personas que seguían vivas pedían la protección de los espíritus para tratar de ahuyentar todo el mal que los acechaba.
Aunque pudiera parecer similar a la celebración actual del Día de Muertos, el Hanal Pixán es mucho más largo, en las ofrendas se colocaban objetos personales de los difuntos (como ropa o herramientas), y era una celebración con más apego a la naturaleza y a la tierra en la que vivían.
¿Cómo celebraban los Aztecas el Día de Muertos?
Los Aztecas, al igual que los Mayas, tenían una celebración del Día de Muertos muy diferente a lo que conocemos hoy en día. Ellos tenían varias diferencias con la época moderna y también con los Mayas.
La celebración del Día de Muertos es para honrar a los que ya no están, pero para los Aztecas esto era diferente; ellos estaban más enfocados en la visión que tenían del universo, de la vida y de los ciclos. Además, todo era un viaje hacía el Mictlán, un lugar peligroso. Las ofrendas que ofrecían para los difuntos tenían como finalidad ayudarlos en su nuevo camino.
Sus celebraciones eran mucho más largas, podían llegar a durar varios meses. Además, no eran solamente 1 vez al año, ya que celebraban durante varias fases y varios meses a los difuntos, a los guerreros derrotados en batalla y a las mujeres que fallecieron durante el parto. Esto era durante diferentes momentos del año. Los Aztecas también tenían una larga etapa de preparación en la que limpiaban todo el lugar, preparaban los alimentos y montaban las ofrendas para que los seres vivos que ya no estaban pudieran llegar sin problema a su nuevo destino. Además de caminos con velas, los senderos para los muertos se llenaban de flores.
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Una vez que comenzaban las celebraciones, había varios ritos y mucha música. Uno de los principales ritos que había durante el Día de Muertos para los Aztecas eran los sacrificios, que eran vistos como una situación de muchísimo honor y orgullo. También se realizaban procesiones con imágenes de los dioses Aztecas y también con objetos personales de los difuntos.
Al finalizar las celebraciones, se quemaba todo lo que hubiera estado en la ofrenda para enviarlas al Mictlán y para honrar a todos los que ya no estaban.
