No hay fecha que no se cumpla y el Día de Muertos al fin llegó, es por ello que miles de personas colocaron sus respectivas ofrendas en casa, para darle la bienvenida a sus seres queridos que partieron de este mundo, pero ¿no se debe poner ofrenda a las personas que recién fallecieron?
¿Qué es la ofrenda de Día de Muertos?
La ofrenda es una especie de ritual, en el que las personas comparten el pan, la sal, las frutas, el agua y el vino, con sus seres queridos que murieron. El altar es una conexión o un reencuentro del mundo espiritual con el de los seres vivos.
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Cabe mencionar que la ofrenda de Día de Muertos es una mezcla entre las culturas prehispánicas de Mesoamérica y las tradiciones españolas, por eso se le añadieron algunos elementos como flores y veladoras, además de sahumerio de copal, comida y cempasúchil.
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¿Cuándo se debe poner la ofrenda de Día de Muertos?
Anteriormente, el 31 de octubre era la fecha en la que se colocaba la ofrenda de Día de Muertos; sin embargo, con el paso del tiempo, se han ido agregando diferentes días para conmemorar a las personas que fallecieron de diferentes maneras, incluso se agregó una para las mascotas.
¿Por qué no se les pone ofrenda a las personas que murieron recientemente?
De acuerdo con las tradiciones mexicanas, las ofrendas son para las almas de los difuntos que ya han visitado la tierra durante esta celebración, no así para aquellas personas que fallecieron recientemente, pues se cree que no han culminado su recorrido hacia el Mictlán, también conocido como el inframundo mexica.
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Según las leyendas, el camino hacia el Mictlán es largo y peligroso, las almas de todos los difuntos deben recorrerlo hasta llegar con Mictlantecuhtli, señor de la muerte. Se sabe que esta travesía puede durar hasta un año, tiempo en el que deben superar diversos obstáculos como ríos de fuego, montañas de espinas y un perro guardián.
Es por eso que las personas recién fallecidas no pueden disfrutar de los manjares en la ofrenda, además de que se tiene la creencia de que podrían quedar atrapados en el mundo de los vivos. Por ello, lo recomendable es colocar únicamente agua, sal y flores, para que el alma del recién fallecido pueda refrescarse y protegerse durante su viaje al Mictlán.
