Hay ciertos elementos que requieren de más cuidados, también de una mayor noción de conciencia para preservarlos en su utilidad y eficacia. Desde ahí, es que la esponja califica plenamente dentro de ese grupo y por ello no está de más saber cada cuánto tiempo se la debe cambiar para lavar los trastes.
Comencemos diciendo que, este es un tema importante y que forma parte de ciertas investigaciones que han llegado a datos contundentes. Consideremos que la mayoría de la población mexicana cambia la fibra cada 3 o 4 meses, debido a que muchos piensan que, dado que se mantiene en contacto con jabón la mayor parte del tiempo, entonces puede durar meses.
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Ahora bien, la realidad es que al hacer esto puede que haya consecuencias un tanto invisibles, pues tus trastes no quedan realmente limpios, ya que el objeto encargado de dejarlos en esas condiciones tiene en realidad, cierto mal olor y virus peligrosos para tu salud.
¿Cada cuánto tiempo se debe cambiar la esponja para lavar los trastes?
Una investigación de un grupo de científicos de la Universidad de Justus Liebig de Alemania, dictaminó que las esponjas cuentan con ciertos tipos de bacterias que pueden terminar de causar enfermedades. Concluyeron que incluso pueden contar con más elementos nocivos de los que se presentan en un retrete, sino que 5 de los 10 grupos más comunes pueden ocasionar infecciones.
Ahora bien, la vida útil de una esponja varía en función de algunas especificaciones, como puede ser el caso de su material y hábitos de uso. Ante esto, hay integrantes de la Universidad de Sonora que consideran, desde sus estudios que hay que cambiar la esponja cada 15 días para evitar situaciones que expongan a nuestra salud.
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Y también, están las voces que consideran que lo mejor es considerar ciertas instancias que pueden llamar la atención. Entre ellas vale considerar: que la esponja haya perdido el color original, que se deforme o se sienta más suave, que se hagan bolitas o rollitos en la fibra, que se presente mal olor, una sensación pegajosa al tacto, puntos negros o blancos.