El Día de Muertos ya es historia y mientras las ofrendas, así como las calaveras de azúcar se desvanecen en el recuerdo, es hora de mirar hacia adelante para comenzar a pensar en la próxima gran festividad que se avecina: ¡la Navidad!
En este sentido, uno de los elementos más emblemáticos de esta época festiva es, sin duda, el árbol de Navidad. Pero, ¿cuándo se debe poner para posteriormente decorarlo? En esta ocasión, vamos explorar esta tradición, sus raíces y el significado detrás de este emblemático símbolo.
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¿Cuándo poner el árbol de Navidad?
Según la tradición cristiana, se recomienda poner el árbol de Navidad al comienzo del Adviento, un período de cuatro semanas que antecede a la Navidad y simboliza la preparación, así como la espera del nacimiento de Jesús.
El primer domingo de Adviento marca el inicio de esta temporada y generalmente cae a finales de noviembre o principios de diciembre. Por lo tanto, este es el momento ideal para poner el arbolito, aunque la fecha puede variar según las preferencias familiares.
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Algunas personas eligen poner el árbol el 1 de diciembre, ya que es el primer día de diciembre y simboliza el inicio oficial de la temporada navideña. Otros prefieren esperar hasta el 8 de diciembre, que es el Día de la Inmaculada Concepción, una festividad importante en la tradición católica.
¿Cuándo empieza el Adviento en 2023?
El Adviento en 2023 comienza el domingo 3 de diciembre y finaliza el domingo 24 de diciembre, que es la víspera de Navidad. Este período de cuatro semanas es una oportunidad para reflexionar sobre el verdadero significado de esta festividad.
Durante esta temporada, muchas familias encienden una vela en una corona de Adviento cada domingo, lo que simboliza la luz que se acerca en la oscuridad.
Árbol de Navidad: origen y significado
El árbol de Navidad tiene una larga historia que se remonta a las civilizaciones paganas que celebraban el solsticio de invierno. Los antiguos romanos, egipcios y celtas decoraban árboles en esta época del año como símbolo de la renovación de la vida y la esperanza en la llegada de la primavera. Con la expansión del cristianismo, esta costumbre se adaptó y se convirtió en una tradición navideña.
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En el contexto cristiano, el árbol simboliza la vida eterna que Jesús trajo al mundo. Con su forma triangular, también representa la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La estrella, que a menudo corona el árbol, simboliza la Estrella de Belén, que guió a los Reyes Magos hasta el lugar de nacimiento de Jesús.
