Si felizmente eres el tutor de un perro, seguramente el bienestar de tu canino es una de tus principales inquietudes. Por eso, es fundamental que sepas que al igual que los seres humanos, los perros también pueden experimentar tristeza y depresión. Llegados a este punto, posiblemente te estarás preguntando ¿Cómo puedo saber si mi peludo está deprimido? Aquí te presento algunas señales que podrían indicar que tu fiel amigo no está pasando por su mejor momento.
Uno de los signos más evidentes de la depresión en los perros es la falta de interés en las actividades que solían disfrutar. Si notas que tu perro ya no muestra entusiasmo por salir a pasear, jugar o socializar con otros perros, es posible que esté deprimido. Igualmente podría perder el apetito y mostrar una disminución en su energía general.
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Otra señal a tener en cuenta es un cambio en el comportamiento. Si tu perro se vuelve más retraído, se esconde o evita el contacto visual, podría ser un indicio de que se siente triste. Incluso es común que los perros deprimidos se vuelvan más irritables o agresivos, mostrando una actitud defensiva ante situaciones que antes no le afectaban.
La falta de higiene personal es otra señal que no debes pasar por alto. Si tu perro deja de lamerse o de cuidar su pelaje, podría ser un síntoma de depresión. Además, es posible que orine o defeque en lugares inapropiados, como una forma de llamar la atención o expresar su malestar emocional.
Si crees que tu perro está deprimido, es fundamental brindarle apoyo emocional. Dedica tiempo de calidad para jugar e interactuar con él, y asegúrate de proporcionarle un ambiente tranquilo y seguro. Aunado a esto, una alimentación equilibrada y ejercicio regular pueden ayudar a mejorar su estado de ánimo.
Asimismo, debes considerar que la presencia de algunos cambios en el estilo de vida de tu peludo podrían ser indicios de otros problemas de salud que no tienen nada que ver con la depresión, por lo que es aconsejable que acudas con un veterinario para descartar cualquier posible enfermedad.
Por último, recuerda que tu perro depende por completo de ti para su bienestar, así que no dudes en buscar ayuda profesional si crees que está pasando por un momento difícil. ¡Se un tutor responsable y dale a tu amigo una buena calidad de vida!
