El óxido de hierro, comúnmente conocido solo como óxido, es una reacción química que se produce cuando el hierro o los metales ferrosos entran en contacto con el oxígeno y la humedad. Esta combinación da lugar a la formación de una capa de corrosión que puede ser perjudicial para las tuberías y grifos o llaves de agua de nuestro hogar. Por lo cual, para poder lograr de manera efectiva quitar el óxido en nuestras cañerías, primero es esencial comprender cómo se forma este proceso químico.
Así pues, la causa principal de la formación de óxido en las tuberías y grifos, es la exposición constante al oxígeno y la humedad, los cuales siempre están presentes en el ambiente. Dicho de otra manera, es la presencia de agua en las tuberías y la reacción con el oxígeno atmosférico, lo que provoca la oxidación gradual del hierro, lo cual posteriormente conduce a la formación de la capa de óxido. Por otra parte, la acumulación de óxido en los conductos de nuestra vivienda afecta el flujo del agua y deteriora la calidad del líquido que recibimos.
Ahora bien, para prevenir la acumulación de óxido y mantener los grifos y las tuberías de nuestra casa en buen estado, se recomienda realizar una limpieza regular. En áreas con alta humedad, es aconsejable hacerlo al menos cada tres meses. Contrariamente, en lugares menos húmedos, con una limpieza semestral será suficiente.
Sin embargo, si te encuentras leyendo esto demasiado tarde y los tubos de tu casa ya se han llenado de óxido de hierro. No te preocupes, pues a continuación te dejo algunos trucos efectivos para eliminar este molesto compuesto químico.
¿Cómo puedo eliminar el óxido del grifo para que brille en minutos?
Estos procedimientos incluyen ingredientes que la mayoría de las personas tenemos en el hogar, por lo cual realizarlos no será algo imposible de lograr.
- Vinagre blanco y bicarbonato de sodio: Mezcla estos dos ingredientes hasta formar una pasta. Después aplícala directamente sobre las áreas oxidadas y déjala actuar durante unos minutos. Luego frota suavemente con un cepillo las partes afectadas y finalmente enjuaga.
- Limón y bicarbonato de sodio: Corta un limón por la mitad y agrega bicarbonato de sodio sobre la superficie cortada. Posteriormente frota el limón sobre las áreas oxidadas y deja que el ácido cítrico haga su trabajo. Por último, enjuaga y seca.
- Papel aluminio y agua: Haz una bola de papel aluminio y mójala ligeramente con agua. Después, frota suavemente sobre el óxido. De esta manera, el aluminio actúa como agente reductor, ayudando a eliminar el óxido sin dañar las superficies.