La tarea de quitar las manchas de aceite de la ropa puede parecer complicada; no obstante, empleando un truco casero y económico es posible lograrlo, sobre todo porque los ingredientes son fáciles de conseguir. Nos referimos al bicarbonato de sodio y detergente líquido para platos, ya que ambos poseen propiedades que facilitan la descomposición de las moléculas de grasa y eliminan la mancha de manera efectiva.
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¿Por qué usar el truco para las manchas de aceite de la ropa?
Como ya decíamos, los ingredientes que necesitas para quitar las manchas de aceite de la ropa son bicarbonato de sodio, detergente líquido para trastes, un poco de agua tibia y un cepillo de dientes suave. Por un lado, el bicarbonato actúa como un absorbente natural que captura el aceite que pueda estar en las prendas, mientras que, el jabón de trastes, especialmente si es desengrasante ayuda en la descomposición de las grasas.
Por otro lado, el agua y el cepillo son necesarios para enjuagar y frotar suavemente la mancha. Sin embargo, el bicarbonato de sodio es eficaz gracias a sus propiedades alcalinas, lo que permite absorber las moléculas de grasa y evitar que se adhieran permanentemente a las fibras de la tela.
Los pasos para quitar las manchas de aceite de la ropa
- Usa un paño limpio o una toalla de papel para eliminar la mayor cantidad de aceite posible sin frotar.
- Espolvorea bicarbonato sobre la mancha y deja actuar durante 15 a 30 minutos.
- Con un cepillo de dientes, realiza movimientos circulares para que el bicarbonato penetre bien.
- Aplica una pequeña cantidad de detergente sobre la mancha y deja actuar por 10 minutos.
- Enjuaga la prenda con agua tibia y deja secar al aire.
En conclusión, el método descrito anteriormente funciona muy bien para quitar las manchas de aceite de la ropa de manera rápida y económica, lo que garantiza resultados sin dañar las telas ni recurrir a costosos tratamientos. Aunque no es la única opción para solucionar este problema, ya que elementos como la maicena, el talco y el polvo para hornear capturan el aceite de las fibras; así mismo, el alcohol isopropílico, el vinagre blanco, y la sal facilitan la descomposición de las grasas.
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