Aunque durante mucho tiempo el huevo fue subestimado debido a su supuesto impacto negativo con el colesterol, actualmente se valora su contribución positiva a una alimentación balanceada. Por ello, cada vez más especialistas recomiendan incluirlo en la dieta diaria. En esta ocasión, te compartiré algunos consejos útiles sobre cómo preparar el huevo para aprovechar la proteína que hay en él. Así, podrás disfrutar de sus beneficios sin preocupaciones.
¿Cuáles son las proteínas que se encuentran en el huevo?
El huevo es una fuente rica en diversas proteínas, siendo la albúmina la más abundante, con una concentración que varía entre el 55 y el 60%. Esta se encuentra en la clara del huevo y juega un papel importante en su estructura. Otra proteína significativa es la ovotransferrina, también conocida como conalbúmina, que se presenta en la clara en una concentración del 13%, contribuyendo a las propiedades nutricionales de este alimento.
Además de estas, la ovomucina está presente en una concentración del 2 a 4% en la clara. Por otro lado, el ovomucoide, que se encuentra aproximadamente en un 11%, es conocido por su alta alergenicidad, lo que lleva a los pediatras a recomendar que los bebés no consuman huevo hasta después de su primer año. También se encuentra lisozima, una proteína conservante que actúa como agente bacteriolítico, aunque está presente en menor cantidad.
Por último, la avidina se halla en una concentración mínima del 0,05% y tiene la función de inhibir el desarrollo de bacterias. Otras proteínas menos comunes incluyen la cistatina y la ovostatina, conocida como ovomacroglobulina, que posee propiedades antibacterianas y representa solo el 0,5% del total de proteínas del huevo.
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¿Cómo se consume mejor la proteína del huevo?
Para asegurar una óptima asimilación de las proteínas del huevo, es fundamental desnaturalizarlas, lo cual se logra mediante el calor. Esto hace que las proteínas sean más digeribles, permitiendo que el organismo las absorba de manera más eficiente. Cuando se consume huevo crudo, gran parte de la proteína se pierde al no ser digerida completamente.
Aunque los batidos de huevo crudo pueden ser una opción, la desnaturalización térmica es la forma más efectiva de aprovechar al máximo estas proteínas. Cocinar el huevo a la plancha, revuelto o duro garantiza que se obtenga el máximo beneficio nutricional, ya que el proceso de cocción facilita su digestión y absorción en el organismo.