El vaso, especialmente si es de vidrio, puede convertirse en un foco de microbios si no se limpia y desinfecta adecuadamente. Aunque parezca que, al lavarlos, eliminamos cualquier trazo de gérmenes, existe un error común en su manejo que favorece la acumulación de suciedad. A continuación, te explico cómo mantener los vasos libres de bacterias después de limpiarlos.
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¿Por qué los vasos pueden acumular bacterias después de lavarlos?
Las bacterias están presentes en todas partes, y aunque no las podamos ver, pueden causar enfermedades si no realizamos una limpieza adecuada. Los vasos, especialmente los de vidrio, son vulnerables a la acumulación de gérmenes debido al contacto directo con nuestras manos, la saliva o incluso por el aire que los rodea.
Por más que los lavemos con esmero, puede que aún queden restos de humedad o de contaminantes, lo que facilita el crecimiento de bacterias. El error más común es colocar los vasos inmediatamente boca abajo en el paño, lo que impide la circulación de aire y atrapa la humedad, creando el ambiente perfecto para que las microbios proliferen.
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¿Cómo evitar la acumulación de bacterias en los vasos?
Para evitar que se acumulen bacterias después del lavado, es importante no dejar los vasos boca abajo sobre una superficie plana o paño seco. Al hacerlo, el aire no podrá circular y la humedad quedará atrapada, lo que fomenta la proliferación de gérmenes.
En lugar de esto, lo mejor es dejar los vasos en superficies con relieve, que permitan una mejor circulación de aire. Otra opción es dejarlos boca arriba, como si los fueras a utilizar, también sobre una superficie con relieve. De esta forma, evitarás la acumulación de humedad y, con ello, la proliferación de bacterias.
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