Brisa, una de las académicas más destacadas de La Academia 2024, ha mostrado una gran fortaleza a lo largo de su participación en el programa. Sin embargo, ha sido muy reservada respecto a su vida personal, pero hoy después de una dinámica para saber con qué animal se sienten identificados, Brisa y su compañero Eduardo Meza compartieron aspectos íntimos de su infancia.
Durante una conversación sincera entre Brisa y Eduardo, se abordaron temas personales profundos. Eduardo, quien no se sentía a gusto con el animal que le tocó en la dinámica, encontró en Brisa una confidente con quien explorar estos sentimientos. La conversación se volvió especialmente significativa cuando ambos académicos comenzaron a hablar de sus respectivas infancias y las dificultades que enfrentaron.
¡Brisa y Eduardo abrieron sus corazones y hablaron de su pasado!
¡Brisa no tuvo fiesta de XV años!
Brisa reveló que su infancia fue marcada por grandes carencias económicas. En su relato, compartió que no tuvo la oportunidad de celebrar su fiesta de XV años, un sueño que muchas niñas tienen. En lugar de eso, comenzó a cantar en la calle Juárez para poder llevar algo de comida a su casa. A pesar de las dificultades, el reconocimiento y los aplausos de la gente le daban fuerzas para seguir adelante y perseguir su pasión por la música.
Además, Brisa recordó cómo, a pesar de no tener una fiesta de XV años propia, su comunidad se unió para organizar una gran celebración para otra chica del vecindario. Juntos, sus vecinos lograron reunir fondos para la comida, recuerdos y todo lo necesario para la celebración, demostrando así la solidaridad y el apoyo mutuo que siempre existió en su entorno.
Eduardo sufrió “bullying” en su infancia
Por su parte, Eduardo Meza también compartió sus propias experiencias difíciles, hablando sobre el bullying que sufrió durante su infancia y cómo las traiciones de quienes consideraba amigos le afectaron profundamente. Estas experiencias lo han llevado a proteger y cuidar a su hija con gran esmero, para que no tenga que enfrentar las mismas dificultades que él vivió. Además, Eduardo recordó su tiempo cantando en los tianguis, donde las pequeñas felicitaciones y el apoyo del público le daban la motivación necesaria para continuar luchando por sus sueños.
A pesar de las dificultades que ambos enfrentaron durante su infancia, Brisa y Eduardo se felicitaron mutuamente por la fortaleza y el talento que han demostrado en la música.