En el mundo del coleccionismo, el valor no siempre se mide por la cantidad nominal de dinero impresa en un billete, sino por sus características únicas y su relevancia histórica. Tal es el caso del billete de 20 pesos conmemorativo al bicentenario de la Independencia Nacional de México, que ha desatado una fiebre entre los aficionados a la numismática.
Este billete, que podría pasar desapercibido en la mayoría de los bolsillos, se ha convertido en un objeto codiciado por su singularidad y las letras “AA” en su número de serie. Detrás de este pedazo de papel se oculta una historia fascinante y una oportunidad única para quienes poseen esta joya numismática.
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Pagan 4,000,000 a quien tenga este billete de 20 pesos
En la era de las compraventas digitales, es asombroso cómo una pieza de efectivo de escaso valor facial puede alcanzar cifras astronómicas en el mercado. El billete de 20 pesos conmemorativo al bicentenario de la Independencia Nacional ha dejado perplejos a muchos al circular la noticia de que se están ofreciendo hasta 4 millones de pesos por una sola pieza. Esto no es simplemente un acto de extravagancia financiera, sino el resultado de un conjunto de características únicas que hacen que este billete sea excepcionalmente valioso.
¿Cuáles son las características del billete de 20 pesos que vale millones de pesos?
Pero, ¿qué es lo que hace que este billete en particular valga tanto más que su valor nominal? La respuesta está en las letras “AA” que aparecen en su número de serie. Estas dos letras parecen insignificantes a simple vista, pero en el mundo de la numismática, son un sello distintivo de gran importancia.
Las letras “AA”, así como “AB” indican que este billete fue uno de los primeros impresos y que nunca llegó a circular a través del Banco de México.
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Además, el frente del billete muestra un fragmento de la pintura “Solemne y pacífica entrada del Ejército de las Tres Garantías a la Ciudad de México el día 27 de septiembre del memorable año de 1821”.
Por otro lado, en el reverso del billete se representa un ecosistema de manglares con el cocodrilo mexicano y la garza chocolatera en la Reserva de la Biósfera Sian Ka’an, un tributo a la rica biodiversidad y patrimonio natural del país.
