Belá Marcovich, hija de Alejandro Marcovich, exguitarrista del grupo Caifanes, habla por vez primera ante las cámaras de televisión y narra lo difícil que fue para ella y su hermano Diego, vivir su infancia al lado del músico argentino, cuyo expediente de violencia intrafamiliar fue revelado hace unos días por la periodista, Lidia Cacho.
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Denunciado por su esposa Gabriela Martínez, desde 2014, Alejandro enfrenta actualmente una orden de restricción para no acercarse a ella y a sus hijos.
De acuerdo al expediente destapado por Lidia Cacho, una de las más recientes agresiones que Belá sufrió a manos de su padre, fue cuando el músico le lesionó una clavícula, luego de romper todo cuanto encontró a su alrededor con el palo de una escoba.
Este es el relato del escenario de violencia verbal, psicológica, física e incluso sexual, en el que Belá, su hermano y su madre han vivido desde casi siempre.
Lo llaman una presencia ausente, una persona que está ahí, pero no hay una conexión, porque igual no tenía, como familia ha sido difícil, triste y una lucha, porque mi mamá, por ejemplo, ha intentado mucho que no fuera así, que tuviéramos otro tipo de imagen paterna, que lejos de ser mejor, lo empeoró y pasó de ser una ausencia a una presencia de alguna manera incómoda
Para mí no era normal que, prácticamente todo el mundo me dijera ‘Tú papá me ve muy raro, tú papá es muy raro, no le caigo bien, no le caes bien’, desplantes de desprecio, de ignorar y que yo lo invitara a la escuela a un evento y se quedara dormido en la mesa, como demostrándome a mí y a los demás que no le importa tu evento
La violencia fue escalando en contra de ellas.
Pero a la violencia psicológica que Belá, su madre y hermano sufrían, se sumó la física, al grado de que el músico intentó estrangular a su esposa en una discusión que presenció la propia joven, quien pronto también se convertiría en el blanco de sus brutales ataques.
La empezaba a empujar, la empezaba primero a empujar y te sales y te azoto la puerta; entonces de empujones, pasó a te empujo y te jalo, la intentó ahorcar. De hecho yo estaba ahí, le quite las manos del cuello, a mí todavía no me hacía nada físicamente. Pero, hubo un momento en el que estábamos él y yo solos, yo creo que como no tenía a esa persona a la que siempre le canaliza esa agresión, me tocó a mí. En el momento que mi mamá puso límites importantes de que no ‘No vas hacer esto, no vas hacer esto, es una familia, respeta’, agarró mucho odio
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Esta cuestión de las terceras personas que empezó a meter a nuestra vida, fue parte de lo que nos hizo alejarnos. Mujeres, sus amantes, decirles que por mi culpa no las veía, que yo decía que eran feas, me agarraba odio, me buscaba para amenazarme, para decirme ‘Es que tú papá me ama y tú no lo dejas verme’