Uno de los animales más fascinantes y cuyo hábitat son los mares y océanos, sin duda, es la ballena azul. Considerado el mamífero más grande del mundo marino, esta criatura que llega a medir hasta 29 metros de largo y pesar unas 180 toneladas, desafortunadamente podría desaparecer.
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¿Cómo es la ballena azul?
Conocida científicamente por Balaenoptera musculus Intermedia, su corazón tiene el mismo tamaño que un coche pequeño. De modo que, realmente son animales enormes pero su tamaño no le impide nadar con soltura en las aguas.
Ahora bien, su corazón bombea la suficiente sangre para mantener a la ballena azul cálida y activa en los fríos mares de la Antártida. No obstante, como sus grandes dimensiones le impiden ser una cazadora ágil, su dieta consiste en consumir unos 3 mil 600 kilos de krill al día.
Así mismo, la ballena azul lleva el título del animal más ruidoso del mundo porque al momento de comunicarse con otras ballenas, sus cantos alcanzan los 188 decibeles, de acuerdo con World Wild Life.
De hecho, según estudios, el mamífero genera un diálogo con sus familiares aunque se encuentren a kilómetros de distancia y tienen un lenguaje sofisticado que transmite a sus crías desde los primeros meses de vida.
¿Por qué está por desaparecer la ballena azul?
Si bien, la ballena azul cuenta con un refugio natural en Georgia del Sur, lugar donde llega para alimentarse en los veranos, no quita el hecho de que se encuentra en peligro crítico de extinción. Por una parte, se debe a la caza recreativa de estos cetáceos, permitida durante décadas.
Del mismo modo, el creciente tráfico de embarcaciones comerciales e industriales es lo que provoca que las ballenas no se comuniquen entre sí y más ejemplares de ellas terminan varadas en las costas. Según los investigadores, al no poder escuchar a su familia, pierden el rumbo y mueren de hambre más tarde.
Pero no todo el panorama es negativo. Así lo asegura un estudio del British Antarctic Survey (BAS) en donde los científicos califican “sin precedentes” lo ocurrido. Y es que, las ballenas están regresando a Georgia del Sur para alimentarse después de décadas. Tan solo en 2020 se registraron 55 ejemplares sanos de ballena azul.
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