Las fiestas de compartir y dar amor se acercan cada día más, y con ellas, los preparativos para celebrar la Nochebuena y la Navidad se hacen presentes en las casas de las familias mexicanas y de todo el mundo. Las personas se ocupan de escoger los regalos, elegir la vestimenta adecuada y adornar el hogar con el colorido y luminoso árbol de Navidad . Además, no puede faltar el pesebre del niño Jesús, símbolo central de esta festividad. Pero uno de los elementos más esperados es, sin duda, la cena de Nochebuena , que se caracteriza por ser una comida especial para compartir con seres queridos.
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El pavo en la cena de Nochebuena
Uno de los platillos más tradicionales de la Navidad es el pavo. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado por qué comemos pavo en estas fechas? ¿Tiene algún significado más profundo o histórico, además de su delicioso sabor? Aquí te contamos la historia detrás de esta jugosa tradición.
La historia detrás del pavo de Navidad
El pavo tiene una larga historia que se remonta a tiempos prehispánicos. En la antigua México-Tenochtitlan, el pavo era conocido como “guajolote”, una palabra que proviene del náhuatl y significa “payaso de la selva” o “payaso del agua”, debido a los colores y la forma de esta ave. Aunque no tenían conocimiento de la Navidad , los mexicas celebraban el solsticio de invierno y rendían homenaje a su dios Huitzilopochtli, quien había derrotado a la diosa de la luna. El pavo era consumido en esas fechas, pero no de manera tan habitual como lo es hoy.
La llegada de los españoles y la expansión de la tradición
La tradición del pavo de Navidad se consolidó con la llegada de los españoles durante la colonización. A medida que se fusionaron las costumbres indígenas y europeas, el pavo comenzó a tomar relevancia, especialmente por su sabor. Durante la época colonial, este platillo se convirtió en un símbolo de la élite, ya que era un manjar que solo los círculos sociales más altos podían permitirse.
El primer pavo de Navidad en México
Aunque la tradición del pavo de Navidad no nació en México, sí fue aquí donde se popularizó a partir de los años 40. En ese entonces, el pavo comenzó a criar masivamente debido a su bajo costo y su capacidad para alimentar a muchas personas. Esto coincidió con la popularización de la cena de Acción de Gracias en Estados Unidos, lo que facilitó su incorporación a las celebraciones navideñas.
Aunque el pavo de Navidad no tiene sus orígenes en México, la historia lo ha convertido en una tradición que las familias mexicanas han adoptado con cariño. Hoy en día, el pavo es uno de los platillos más esperados en la cena de Nochebuena, un delicioso símbolo de unión y celebración en las fiestas decembrinas.
