México es un país con una población diversa y numerosa, como lo demuestran los datos del último censo del INEGI realizado en 2020, que registró más de 126 millones de personas en el territorio. Al igual que en otros lugares, en México hay nombres y apellidos muy comunes, algunos de los cuales se repiten una y otra vez en las listas de los más populares, ejemplo de ello son Sofía, Santiago, María José, Mateo, Valentina, Sebastián, y apellidos como Hernández, Martínez, López y González.
Así es el cambio de orden en los apellidos de una persona.
Sin embargo, a lo largo de los años, algunos nombres y apellidos han caído en desuso y han desaparecido, lo que significa que ya no se utilizan en la sociedad mexicana.
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¿Cuáles son los nombres que han desaparecido en México?
Según el Registro Civil, existen nombres que están prohibidos en el país por ser ofensivos o por obstaculizar el desarrollo de las personas. Sin embargo, además de estos nombres, también hay otros que ya no se utilizan en la sociedad mexicana, como aquellos que surgieron durante la época colonial y que han sufrido modificaciones en su escritura a lo largo del tiempo.
Según un artículo publicado por el Colegio de México, nombres como Juste, Reymundo y Joachin eran comunes en el año 1580, pero actualmente se escriben como Justo, Raymundo y Joaquín. Además, otros nombres femeninos como Joachina, Josepha, Mathiana y Thomasa también han cambiado a Joaquina, Josefa y Tomasa. A pesar de esto, nombres como María, José, Jesús, Juan, Ana, Isabel y Catalina siguen siendo comunes en México. Algunos de los nombres que ya han desaparecido en el país son Amilcar, Delgadina y Diodoro.
¿Cuáles son los apellidos que han desaparecido en México?
Aunque en México existen al menos 34 mil apellidos, algunos se encuentran en riesgo de desaparecer debido a que son poco comunes, como es el caso de Cancelada o Duncan, de origen europeo; Eguiluz, que solo lo tienen 37 personas; así como Bacab, de origen maya. Además, los apellidos que identificaban el lugar de procedencia de la persona, como García de León o González de Ruvalcaba, están cayendo en desuso y ya no son tan comunes como lo eran entre los primeros españoles que llegaron a México. Otros ejemplos son De la Azuela de San Palayo o Hurtado de Mendoza y Olivares.
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