Los apellidos son más que simples etiquetas; son ventanas a nuestra historia y cultura. En México, la diversidad de estos nombres reflejan siglos de mestizaje y la rica tapicería de culturas que han dejado su huella en el país.
En este sentido, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha arrojado luz sobre esta fascinante faceta de la identidad mexicana, revelando los apellidos más largos y raros entre los más de 34 mil registrados hasta 2020. Este estudio denominado “Cuéntame México” no solo nos ofrece curiosidades lingüísticas, sino que también nos invita a reflexionar sobre la complejidad de nuestras raíces.
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¿Cuáles son los apellidos más largos en México?
Cuando pensamos en apellidos largos, quizás nos venga a la mente algún compañero de escuela cuyo nombre completo apenas cabía en los formatos oficiales. Según el INEGI, algunos de los apellidos más extensos en México son verdaderos desafíos para formularios y documentos. Encabezando la lista encontramos “Casarrubia”, seguido de cerca por “Mazariegos” y “Villavicencio”. Otros que se destacan por su longitud incluyen “Quintanilla”, “Constantino”, “Crisóstomo”, “Bernardino”, “Cuautenango”, “Estopellan”, “De la Fuente” y “Magallanes”.
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¿Cuáles son los más raros en México?
Ahora bien, si los apellidos largos son llamativos, los raros son verdaderamente intrigantes. En este sentido, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ha identificado algunos que seguramente harán levantar una ceja incluso al más experimentado funcionario del registro civil. Entre los más inusuales encontramos “Chab”, “Tziu” y “Cahun”.
“Pajarito” y “Tlapa” también figuran en esta peculiar lista, junto con “Cocoletzi”, “Angon”, “Tlachi”, “Paiz”, “Melecio”, “Dorantes”, “Angon”, “Cocoletzi”, “Lucatero”, “Eufemio”, “Diazleal”, “Demuner”, “Colombres”, “Eguan”, “Ascencio” y “Cosh”. Estos no solo son poco comunes, sino que también despiertan la curiosidad sobre su origen y significado.
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