Navidad es una época en la que las familias están más unidas que nunca para compartir momentos, anécdotas, regalos, música y recuerdos, sin embargo, para Gloria una ambiciosa mujer, no ha sido nada fácil pasar las fiestas decembrinas después de su divorcio, ya que destinó todo su tiempo a vivir trabajando para darle lo mejor a sus hijos, sin ver que el mejor regalo que podría darles es, tiempo de calidad.
Su historia da un giro inesperado cuando se ve presionada a dejar que sus amados hijos pasen Navidad con Eduardo, su papá, quien regresó a su natal Jalisco para continuar con su vida lejos de ellos.
Compartir, tiene un significado muy grande que abarca diversos aspectos, pero hacerlo con la familia en una deliciosa cena de Nochebuena es algo fascinante y esta ocasión, Eduardo quiere que sus hijos vayan a visitarlo en diciembre para que pasen las fiestas juntos, pero ellos no quieren ir, pues están acostumbrados a una vida en la ciudad.
El destino y la magia de la Navidad, hicieron que Gloria terminara en el rancho Agavero de su exesposo, después de que sus consentidos hijos le pidieron que fuera por ellos, porque no la estaban pasando nada bien, pero ellos no esperaban que a la llegada de su mamá todo iba a mejorar.
Pese a las diferencias que puedan llegar a surgir, una familia unida es el mejor regalo que se puede dar en esta temporada, así que finalmente Eduardo y Gloria comprendieron que lo mejor para sus hijos, es compartir momentos llenos de felicidad, ya que son los recuerdos que van creando durante su crecimiento. Aunque existen familias diferentes, las tradiciones mexicanas navideñas y el amor a nuestros seres queridos, es algo que nunca se debe dejar morir y por ello la palabra “compartir” en Navidad adquiere un mayor significado.
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