La gastronomía mundial es un reflejo de su diversidad cultural, y Tailandia no es la excepción, pues en este país, los sabores únicos a menudo se asocian con ingredientes que pueden parecer raros o exóticos para quienes no están familiarizados. Hoy te presentamos cinco platillos tailandeses que desafían lo convencional y prometen una experiencia culinaria inolvidable.
Kai Mod Daeng
Este platillo está hecho con hormigas rojas y sus huevos, considerados una delicia local, ya que las hormigas, se alimentan de hojas de mango, lo que aporta un sabor agrio, mientras que sus huevos ofrecen una textura cremosa similar a la mantequilla.
Malang Tod
Una mezcla de insectos fritos que incluye gusanos, escarabajos, saltamontes y grillos, todo servido con salsa de soja y un toque de pimienta. Este snack crujiente es una fuente rica de proteínas, con un sabor salado que resulta adictivo. En México un sabor similar es el de los típicos “chapulines” los cuales tienen un sabor tostado muy parecido al de el “Malang Tod”.
Kob Tod
También conocido como rana frita, es un plato que también desafía las expectativas. Aunque se dice que su sabor recuerda al pollo, su textura es más firme debido al tipo de musculatura de la rana. Este platillo es una opción popular entre los amantes de lo inusual. En Tailandia también es común comer las ancas de ranas, lo cual no es de lo todo peculiar pues en muchas partes del mundo este platillo se considera un manjar.
Rod Duan
Este platillo típico consiste en gusanos de bambú; puede parecer poco atractivo al principio, pero pronto te darás cuenta de que es un delicioso snack, ideal para acompañar con una cerveza fría. Su sabor, una vez superado el aspecto inicial, es sorprendentemente satisfactorio.
Goong Ten
El nombre de este platillo se traduce como “camarones bailando”. Está hecho a base de crías camarones vivos aderezados con jugo de limón, cilantro, cebolla, salsa de pescado y chile. La experiencia de comer crías de camarones aún vivas es impactante y dejará una impresión duradera, pues no todos están acostumbrados a comer los bebés de un animal y mucho menos vivos.
Explorar la cocina tailandesa es una aventura para los sentidos, y estos platillos son una prueba de que la gastronomía puede sorprendernos en formas inesperadas.
