Yazunari Aliaga, una niña de ocho años, toma sus clases virtuales dentro de una casa de campaña, en lo más alto de un cerro, pues desde marzo de 2020 no puede acudir a su escuela debido a la pandemia de Covid-19.
La pequeña es estudiante del nivel básico, cursa el cuarto año y vive en Filoco, una localidad rural de Pitrufquén, en la región de la Araucanía, en Chile.
Para que Yazu, como le dicen de cariño, no perdiera el ciclo escolar su familia compró unas antenas que sirven para captar la señal de internet; sin embargo, no dieron el resultado que esperaban y la niña tuvo que aplicar un plan B.
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La estudiante, de acuerdo con el medio local La Tercera, sube a lo más alto de un cerro, de lunes a viernes, para tomar sus clases virtuales dentro de una casa de campaña, porque solo en esa zona se puede alcanzar la única señal 3G que la ayuda a conectarse a internet.
Luis Aliaga, de 26 años, es hermano de Yazunari y se encarga de subir al cerro, para colocar la casa de campaña y que la niña tenga clases online “con un poco de más calidad”.
“El primer día no me pude conectar. Las clases se cortaban y al final no pude escuchar a la profesora, así que por eso ahora tengo que subir al cerro, porque ahí me toma la señal”, contó Yazu.
La madre de la pequeña explicó que cuando la escuela cerró temporalmente a causa de la pandemia, los niños estudiaban con guías que recogían en la escuela y otros materiales que los maestros enviaban por WhatsApp.
Este año, ese método se cambió por las clases virtuales y la propia Yazu, con sus ahorros, compró una computadora. “Ya estoy cansada de la pandemia, quiero que se acabe pronto para poder volver al colegio”, aseguró la pequeña.
“Al vivir en el campo se ve la desigualdad de oportunidades”
El hermano de Yazu compartió un video en sus redes sociales donde explicó que la realidad de su hermana “es la misma de muchos otros”. Ellos tienen que caminar alrededor de 20 minutos y todos los días esperan que la clase no sea tan larga, para que no se descargue la batería de la computadora.
“Siempre hay casos más extremos y conozco esa realidad de vivir por años en el campo, se ve la desigualdad y las oportunidades de conectividad que no son las mismas a la que gente de ciudad tiene acceso”, escribió el joven.
La madre de la pequeña dijo a La Tercera que la rutina de subir al cerro a tomar las clases continuará, por lo menos hasta que comiencen las lluvias, pues Yazu tiene problemas en sus riñones y no puede exponerse a la humedad o podría enfermarse.
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