En el convulso escenario político mexicano, la tensión entre senadores y diputados alcanzó niveles alarmantes. Analistas políticos han señalado que la oposición, especialmente los miembros del PRI, se encuentra aturdida por los constantes ataques verbales y tácticas de bullying que les propina Morena y sus aliados. Sin embargo, parece que esta situación podría estar a punto de cambiar, al menos en teoría, con un giro hacia una estrategia más ofensiva.
Esto se hizo evidente en el reciente intercambio acalorado entre Alejandro Moreno, líder del PRI, y Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado por Morena.
Entre senadores y diputados la relación estaría aturdida
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) November 1, 2024
Los insultos y bullying que les propina Morena y sus aliados son la razón de que la relación ahora sea tensa. Los reclamos entre Alejandro Moreno y Gerardo Fernández Noroña se hicieron presentes.@seguragmf nos cuenta en… pic.twitter.com/2grC2GssNF
Así fue el enfrentamiento entre “Alito” Moreno y Fernández Noroña
El clima en la Cámara Alta se volvió especialmente hostil cuando los priistas exigieron respeto al procedimiento para poder pronunciarse contra la controvertida reforma de Supremacía Constitucional. La falta de atención a sus demandas provocó que “Alito” Moreno decidiera subir a tribuna para hacer un reclamo directo. En un momento de gran tensión, se escucharon frases como: “No me ponga el dedo encima” y “A mí no me grites”.
La situación escaló rápidamente cuando la senadora Trasviña, en medio del intercambio verbal, comenzó a lanzar manotazos, lo que llevó a una interrupción momentánea de la sesión.
¡Casi llegan a los golpes en el Senado! 😱
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) November 1, 2024
Esto ante la negativa del presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, a darle la palabra a los priistas para argumentar sobre el procedimiento de la declaratoria de constitucionalidad de la reforma de… pic.twitter.com/lBuW0fFLzm
¿Qué dijeron Noroña y Alito tras el “encontronazo”?
Una vez que las aguas se calmaron, ambos líderes intentaron explicar sus reacciones. Gerardo Fernández Noroña argumentó que no podía tolerar que le pusieran un dedo encima, mientras que Alejandro Moreno defendió su postura diciendo que solo pedía el derecho a hablar y expresar sus opiniones de manera firme y respetuosa. Este intercambio pone de relieve una dinámica en la que el respeto mutuo parece haber quedado relegado a un segundo plano.
La política mexicana se encuentra en una encrucijada, donde los gritos y los manotazos parecen ser más comunes que las propuestas constructivas. ¿Será posible recuperar el respeto y la civilidad en el debate político? Solo el tiempo lo dirá.