¡A punto de saturarse! Acapulco enfrenta crisis sanitaria tras paso del huracán “Otis”
En promedio, Acapulco genera entre 700 toneladas de basura por día; sin embargo, en solo unas horas los rellenos sanitarios recibieron cerca de 9 mil toneladas de residuos.
A prácticamente cuatro semanas del impacto del huracán “Otis”, Acapulco enfrenta la peor crisis sanitaria de la historia al acumular diariamente miles toneladas de basura por los escombros de todo lo que el fenómeno destruyó a su paso.
Normalmente, Acapulco genera entre 700 o 730 toneladas de basura por día; sin embargo, el pasado domingo 19 de noviembre sumó más de 9 mil, es decir, se recibió casi 8 veces más del número promedio de lo que normalmente pueden ver los tiraderos.
Rellenos sanitarios en Acapulco están a punto de saturarse
El ejemplo perfecto se encuentra en el relleno sanitario Paso Texca, que se ubica en Acapulco, en donde el pasado domingo un promedio de 933 camiones visitaron las instalaciones para deshacerse de los desperdicios del huracán “Otis”.
El relleno sanitario Paso Texca se maneja por medio de celdas, cada una tiene una capacidad para recibir la basura que Acapulco genera en por lo menos 2 años. Lamentablemente, con todos los escombros que dejó “Otis”, hoy en día apenas si le queda una semana de vida, por lo que se tuvo que habilitar una nueva celda para seguir en funcionamiento.
Rellenos sanitarios en Acapulco están trabajando a marchas forzadas
De acuerdo con los trabajadores, en 40 años de oficio nunca había visto algo similar, pues desde el paso del huracán han trabajado a marchas forzadas en turnos de 8 a 9 horas diarias.
Todos los días los trabajadores ven desfilar un camión tras otros como si fuera un ejército, porque todo lo que se recoge de las calles de Acapulco llega al tiradero, desde restos de árboles, láminas, muebles de cascajo, entre otros.
Los recolectores de basura tampoco se salvan de las marchas forzadas, ya que viajan diariamente desde Acapulco a Chilpancingo y de regreso para seguir recogiendo los escombros que ocultan la luz de la ciudad.
Por su parte, los pepenadores rescatan lo más que pueden para venderlo, desde cobre o algunos objetos útiles que aún pueden recibir una segunda vida. Cada uno va encontrando todo lo que le sirve, todo lo que el huracán “Otis” les arrancó a miles de personas.
