Así se ven la remesas: El pueblo de Hidalgo que “sobrevive” de sus migrantes en Estados Unidos
En México, las remesas de los migrantes son capaces de sostener un pueblo entero, como Valle del Mezquital, en Hidalgo, quienes se sostienen de lo que envían sus parientes en EU.
En el corazón del Valle del Mezquital, Hidalgo, la migración no solo transforma vidas, sino también paisajes. Este territorio otomí es la principal receptora de remesas en el estado, y las evidencias de este flujo económico están a simple vista: casas de dos plantas relucientes, aunque vacías, y construcciones en proceso que representan el sueño americano de los migrantes en plena realización.
Un sueño en construcción:
Rosa, una maestra de música de la región, nos lleva a recorrer las comunidades ñanú. Mientras caminamos por los senderos, el tema de las posibles deportaciones en Estados Unidos surge una y otra vez. Nos detenemos a conversar con un grupo de trabajadores del campo. Para ellos, el trabajo no falta en el Valle del Mezquital, pero la paga en pesos no se compara con los dólares que sus familiares envían desde el extranjero.
A pesar de las amenazas de políticas migratorias más estrictas en Estados Unidos , como las que se escucharon en el inicio de la administración de Donald Trump, los habitantes no creen que las deportaciones masivas sean una realidad inmediata. Luis, un joven local, nos cuenta que todos sus hermanos están en Estados Unidos. Aunque están expectantes, no sienten un temor real por ahora. “Sin nosotros, ¿qué van a hacer allá?”, asegura.
Historias de ida y vuelta en Valle del Mezquital, Hidalgo:
En nuestro recorrido llegamos a San Nicolás, donde conocemos a Don Juan, quien trabajó por décadas en Estados Unidos y logró cumplir su sueño de construir una vida mejor para su familia. Ahora disfruta su modesto retiro en el Valle del Mezquital, pero sus hijos y nietos siguen “del otro lado”, buscando las oportunidades que el campo mexicano no puede ofrecer.
Don Juan reflexiona sobre la migración y sus motivos. “No es solo trabajar para comer, es aspirar a algo más allá de la supervivencia”, comparte; sin embargo, también expresa su temor de que esos sueños se vean truncados por cambios políticos que puedan limitar las oportunidades de sus seres queridos en el extranjero.
Un desarrollo sostenido por remesas
Las remesas se han convertido en el motor del desarrollo en esta región otomí. Escuelas, negocios locales y mejoras en infraestructura dependen, directa o indirectamente, del dinero que los migrantes envían desde Estados Unidos; sin embargo, también queda un vacío emocional: muchas de esas casas nuevas y brillantes permanecen deshabitadas, recordando la ausencia de quienes las financiaron.
El Valle del Mezquital es un testimonio de cómo la migración transforma comunidades. Si bien las remesas han impulsado el desarrollo, también plantean preguntas sobre la sostenibilidad de esta dependencia económica. En medio de un clima de incertidumbre política y migratoria, los sueños de quienes están “del otro lado” continúan siendo el pilar que sostiene la esperanza en estas tierras.