Uso médico del fentanilo: Cuáles son las consecuencias del consumo de este opioide

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en su conferencia de prensa el día de ayer que pedirá a médicos y científicos mexicanos que se analice la posibilidad de sustituir el fentanilo con fines médicos por otros analgésicos y prohibir su importación a México.

El fentanilo farmacéutico es recetado por los médicos en casos muy puntuales; no obstante, más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos, tal como el mencionado, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

El fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína. Es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales y no mortales en los Estados Unidos, de acuerdo con los CDC.

Hay dos tipos de fentanilo: el fentanilo farmacéutico y el fentanilo fabricado ilícitamente. Ambos considerados opioides sintéticos.

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El fentanilo farmacéutico se utiliza cuando es recetado por los médicos para tratar el dolor intenso, especialmente después de una operación y en las etapas avanzadas del cáncer.

A veces también se usa para tratar a pacientes que sufren de dolor crónico y presentan tolerancia física a otros opioides, esto ocurre cuando se necesita consumir cada vez mayor cantidad de una droga o consumirla con mayor frecuencia para lograr el efecto deseado.

Cuando lo receta un médico, el fentanilo se puede administrar en forma inyectable; como un parche, que se coloca sobre la piel; o en forma de pastillas, las cuales el paciente disuelve en la boca, como si fueran medicina para la tos.

El fentanilo se usa según sea necesario para tratar el dolor intercurrente, pero las dosis no deben ser más de cuatro veces al día. Además, es necesario seguir las instrucciones que se encuentran en la receta médica.

El médico puede aumentar gradualmente la dosis de fentanilo hasta que encuentre la cantidad exacta que alivia el dolor intercurrente. El portal de salud, MedlinePlus señala que si tras 30 minutos de emplear las dosis de fentanilo, el dolor persiste, “el médico le indicará que utilice otro medicamento analgésico para aliviarlo y puede aumentar su dosis de películas para tratar su siguiente episodio de dolor”.

El fentanilo para uso médico tiene presentación de pastilla, tableta sublingual, película (mucoadhesiva soluble, prevista para ser aplicada sobre la mucosa bucal), y tableta bucal (entre la encía y la mejilla) para disolver en la boca.

El fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. Ambos se recetan a pacientes con dolores intensos, especialmente después de una operación quirúrgica.

La morfina es el opioide potente de referencia en el dolor oncológico intenso y es un medicamento catalogado como estupefaciente.

Los casos más recientes de sobredosis relacionadas con esta droga, están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, distribuido en mercados de drogas ilegales por su efecto similar al de la heroína.

“Con frecuencia se añade a otras drogas debido a su extrema potencia, lo que hace que se vuelvan más baratas, más potentes, más adictivas y más peligrosas”, señala un informe de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).

Se encuentra en diferentes formas, entre ellas como líquido o polvo. Con frecuencia se mezcla con otras drogas como heroína, cocaína y metanfetaminas, y se les da la forma de pastillas. Las drogas mezcladas con fentanilo son extremadamente peligrosas.

En su forma líquida, el fentanilo fabricado ilícitamente se puede encontrar como aerosol nasal, gotas para los ojos o aplicado en gotas en papel o en golosinas pequeñas.

Los efectos del fentanilo se parecen a los de la heroína, incluyen euforia, somnolencia, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, tolerancia, adicción, depresión, paro respiratorio, inconsciencia, coma y muerte.