Un legislador republicano de Estados Unidos celebró la decisión de Donald Trump de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, luego del descubrimiento de un campo de exterminio usado por el crimen organizado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco.
El rancho Izaguirre es señalado como empleado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como un centro de entrenamiento, donde además hallaron ropa, zapatos y objetos varios, así como restos humanos, de acuerdo con el grupo de madres buscadoras Guerreros Buscadores de Jalisco.
Congresista de EU reconoce acierto de Trump al nombrar a cárteles como terroristas
El congresista Riley M. Moore, que representa al distrito 2 de Virginia del Oeste, aseguró que esta noticia es “más allá de lo horrendo”. En un comunicado, el legislador compara el campo de exterminio en Teuchitlán con los campos de concentración en la Alemania Nazi.
“Estas imágenes e historias son bárbaras, algo que antes solo asociábamos con campos de exterminio nazis como Auschwitz. Es crucial que los estadounidenses comprendan que estas atrocidades ocurren al otro lado de nuestra frontera”, mencionó el congresista republicano.
Agregó que Estados Unidos no puede quedarse de brazos cruzados mientras los cárteles mexicanos “continúan masacrando a la gente sin piedad” y asesinan a los estadounidenses con el fentanilo que trafican. Agregó que la decisión de Trump de nombrarlos como terroristas fue acertada.
“El presidente Trump acertó al designar a los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas extranjeras, y lo aliento a tomar todas las medidas necesarias para eliminar esta amenaza directa a nuestra patria y a nuestra forma de vida”, señaló Moore.
Human Rights Watch pide investigación exhaustiva de campo en Teuchitlán
La organización no gubernamental Human Rights Watch llamó a las autoridades mexicanas a realizar una “investigación exhaustiva e imparcial” del campo de exterminio en Teuchitlán, presuntamente operado por el CJNG.
En un comunicado, el organismo señaló que este descubrimiento “pone en relieve las grandes deficiencias sistémicas en la investigación de homicidios y desapariciones en México”.
“Es impactante y desalentador que los familiares de las víctimas, usando picos y palas, se vieran obligados a realizar el trabajo que las autoridades afirmaron haber realizado casi seis meses antes”, resaltó Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch.
