Chihuahua padece la peor sequía registrada desde 1995
Hace unos años el agua se extraía a 25 metros de profundidad y hoy en día es necesario perforar hasta 500 metros para poder extraerla.
La sequía en Chihuahua se ha convertido en un desafío crítico que afecta a toda la población del estado. Desde el inicio de 2024, las condiciones climáticas han sido alarmantes , con precipitaciones que apenas alcanzan el 20% de lo que debería llover en las regiones del estado. Este fenómeno ha llevado a la declaración de emergencia en los 67 municipios de Chihuahua por segundo año consecutivo, según la gobernadora María Eugenia Campos Galván.
La #sequía azota la zona sur de #Chihuahua.
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) November 15, 2024
El panorama es tan aterrador que de los 61 #acuíferos que existen en el estado, solo 16 tienen disponibilidad de agua.
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La peor sequía registrada en Chihuahua desde 1995
El geólogo Rodrigo de la Garza Aguilar ha señalado que esta sequía es la más grave que enfrenta el estado desde 1995. La falta de lluvias ha resultado en una disminución drástica de los niveles de agua en los acuíferos, que son esenciales para la supervivencia de las comunidades. “Vamos hacia una desertificación del estado si no se presentan lluvias”, advirtió de la Garza.
Chihuahua cuenta con 61 acuíferos, pero solo 15 o 16 tienen disponibilidad suficiente para abastecer a la población. La dependencia del agua subterránea es crítica, ya que aproximadamente el 99% del agua utilizada proviene de estos acuíferos. Sin embargo, la situación es alarmante: hace dos siglos, el agua se extraía a 25 metros de profundidad; hoy, es necesario perforar hasta 500 metros para obtenerla.
Personas se quedan sin agua en colonias del sur de Chihuahua
La sequía ha afectado gravemente a los habitantes de las colonias del sur de Chihuahua, donde muchas familias dependen del suministro de agua por pipas. Una vecina expresó su frustración: “Cuando no nos traen agua, nos quedamos sin nada. Tengo un tótem de mil litros, y hoy toca llegar y no ha llegado”. Esta situación refleja el desespero y la incertidumbre que sienten los residentes ante la escasez prolongada.
Además, los efectos se extienden al sector agrícola y ganadero. Los agricultores han comenzado a dejar tierras sin sembrar debido a la falta de recursos hídricos, lo cual pone en riesgo la seguridad alimentaria en el estado. Las comunidades indígenas también están sintiendo el impacto, ya que las pérdidas en cultivos y pastizales son generalizadas.