Ante el aumento de casos de sarampión en México y tras confirmarse la primera muerte relacionada con esta enfermedad el pasado 11 de abril, la preocupación por la propagación del virus ha crecido significativamente entre la población. Este lamentable hecho subraya la importancia de la inmunización. Por ello, surge una duda muy común: ¿a qué edad se debe poner la vacuna? Saber cuándo es el momento justo es clave para estar protegidos.
¿Cuándo se pone la vacuna del sarampión?
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la vacuna contra el sarampión en México se aplica en dos dosis estratégicamente programadas para asegurar una protección completa y duradera:
- Primera dosis - A los 12 meses de edad (vacuna SRP que protege también contra rubéola y paperas).
- Segunda dosis - Refuerzo a los 6 años (72 meses)
Además del esquema estándar, en contextos de brotes activos como el registrado en Chihuahua se aplica una dosis temprana a bebés de 6-11 meses que no sustituye las dos reglamentarias.
Por otro lado, la población infantil mayor de 3 años que no haya recibido dos dosis de vacuna debe completar la pauta de vacunación, manteniendo un intervalo entre dosis de al menos 4 semanas.
¿Qué adultos deben vacunarse contra el sarampión?
Los adolescentes y adultos no vacunados deben recibir dos dosis con intervalo mínimo de 4 semanas, priorizando viajeros a zonas endémicas, es decir, áreas específicas donde la enfermedad está presente de forma continua.
¡Tómalo en cuenta! Si contraes sarampión y no estás vacunado, la Secretaría de Salud explica que se corre un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves. Esta enfermedad infecciosa es muy contagiosa y puede causar neumonía, daño cerebral, sordera e incluso la muerte.
¿Cuánto dura la vacuna contra el sarampión?
La vacuna contra el sarampión (generalmente administrada como triple vírica SRP o MMR) proporciona protección de por vida en la mayoría de las personas que reciben las dos dosis recomendadas. Los estudios indican que más del 97% de quienes completan el esquema desarrollan inmunidad duradera, incluso tras décadas de la vacunación.