San Valentín salvaje: Estos animales son la prueba de que el amor sí existe

Los pingüinos se caracterizan por ser fieles a sus parejas, en un 72 por ciento de los machos, se vuelven a aparear con las mismas hembras que el año anterior, por lo que regresan al lugar donde es su nido y esperan que las hembras hagan lo mismo. | IA

El caballito de mar de vientre grande, compiten entre sí por la atención de los machos, ya que para ellas es indispensable que la pareja sea fiable, porque será quien se lleve a las crías. | IA

Como algunas parejas que llevan mucho tiempo casadas, los buitres negros se llegan a parecer entre sí, sin mostrar diferencia de tamaño ni de plumaje. | IA

Se tiene la creencia de que las langostas se aparean de por vida, además de que se enamoran, llegan a compartir madriguera y actividades como el cuidado de las crías. | IA

El emparejamiento de un macholobo y de una hembra alfa, es estable, ya que se convierte en la estructura social del resto de la manada de los lobos. | IA

Tiliqua Rogosus Este animal se desplaza en solitario la mayor parte del año, pero se une a la misma pareja en cada época de apareamiento y suelen viajar en parejas | IA

Los topillos de las praderas, a diferencia de los roedores, los topillos de las praderas se emparejan y construyen un nido juntos, se acicalan y crían a sus polluelos mutuamente. | IA

Durante la época de cría, los cisnes de cuello negro, machos, utilizan sus alas para ahuyentar a los posibles pretendientes de las hembras, tras a la eclosión de los huevos, el padre también cuida de los polluelos mientras la madre sale a buscar comida para ella misma. | IA

Las Águilas calvas pasan el invierno sola, sin embargo, se reúne con la misma pareja durante la época de cría, el macho se queda para mantener los huevos calientes y alimentar a los polluelos durante los primeros meses de vida. | IA