Terapias de conversión representan tortura, homofobia y represión

La homofobia se aprende, se enseña, se hereda y pasa de generación tras generación como enfermedad, resaltó el director de Yaaj México.

Escrito por: Notimex

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11 de octubre.- Dejarlos sin comer, sin beber agua, ni dormir y obligarlos a estar parados durante 48 horas, además de rezar “por ellos”, son los métodos que utilizan algunos grupos de apoyo que buscan “curar” la homosexualidad, como la que acudió Iván Tagle, cuando tenía 15 años de edad.

Y es que, cuando tenía cuatro años de edad, se dio cuenta de que los niños llamaban su atención; sin embargo, el vivir dentro de una familia religiosa y conservadora, su niñez, pubertad y adolescencia las pasó reprimido y “enfermo”, y cuya “enfermedad” era “su homofobia internalizada”, la que le obligaron a sentir por el mismo.

Esta homofobia se aprende, se enseña, se hereda y pasa de generación tras generación como enfermedad, resaltó el director de Yaaj México, asociación civil dedicada a proteger los derechos de las personas de la comunidad Lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual (LGBTTTI), así como acompañar a las personas en su proceso de desarrollo humano.

El pasado 4 de octubre senadores de los partidos Morena, Movimiento Ciudadano y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), presentaron una iniciativa para modificar la Ley General de Salud y el Código Penal, a fin de tipificar como delitos las llamadas “terapias de conversión”, que buscan “corregir la conducta” de personas de la diversidad sexual.

Los legisladores proponen establecer penas de cárcel hasta de tres años, a quienes participen en esta clase de actividades, que buscan “curar la homosexualidad”.

La iniciativa impulsada por la organización Yaaj México, dirigida por Iván Tagle, víctima de dichas terapias, también propone suspender de uno a tres años la licencia de trabajo a todos los profesionales de la salud que participen en dichas acciones, y de forma definitiva si reinciden, bajo el principio de que terapias de este tipo lesionan los derechos humanos.

Incluso, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) se pronunció en contra de todas y cada una de las prácticas que promueven la supuesta cura de la homosexualidad, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ser lesbiana, gay o bisexual no es ninguna enfermedad.

Todo esfuerzo por corregir la homosexualidad y la identidad de género es una manifestación de discriminación ya que intenta inhibir, violentar y obstaculizar el derecho que tienen todas las personas a ejercer su sexualidad, sostuvo la presidenta del organismo, Jacqueline L´Hoist Tapia.

Iván combinaba toda la homofobia que vivió en su casa con el autorechazo, y al convivir en una sociedad y un núcleo familiar conservador, religioso y homofóbico aprendió que si eres homosexual habrá un castigo: “es malo y te vas a ir al infierno”.

De acuerdo con el psicoterapeuta y sexólogo, Fernando Álvarez Vázquez, las terapias de conversión son métodos no aceptados por la ciencia de la salud y están enfocadas hacia el cambio de la orientación sexual homosexual o bisexual, e intentan convertirlos en el mal llamado término personas “normales”, al tratar de eliminar o disminuir su deseo y comportamiento homosexual.

Resaltó que los métodos que utilizan atentan contra los derechos humanos, ya que van desde castigos físicos, aislamiento, no dejarlos comer o dormir, o incluso más agresivos, como el uso de electrochoques o lobotomías, que es como una incisión a nivel cerebral, además de trabajos forzados.

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