La forma en que los mexicanos enfrentamos los retos de la vida: de manera positiva o negativa, puede influir en el sobrepeso u obesidad. Hasta ahora estos problemas se han visualizado desde el punto de vista físico o médico, pero el factor psicológico es clave para generar un cambio.
Miriam Wendolyn Barajas Márquez, del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, indicó que si bien en la actualidad no hay un acuerdo generalizado sobre si en el sobrepeso y obesidad intervienen factores psicológicos, estos problemas se han asociado con depresión, altos niveles de ansiedad, un pobre autoconcepto y baja calidad de vida, principalmente cuando han estado presentes desde la infancia.
En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016 reveló que tres de cada 10 niños, cuatro de cada 10 adolescentes y siete de cada 10 adultos padecen sobrepeso u obesidad, siendo las mujeres las más afectadas.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, en el país el costo anual por atender enfermedades asociadas es de más de 85 mil millones de pesos, y aunque se ha dado relevancia a factores como la prevención, diagnóstico y tratamiento, no han surtido el efecto esperado.
Además, el frecuente abandono del tratamiento vuelve a este problema más difícil de enfrentar, y a su intervención en un tratamiento paliativo, resaltó la doctora en psicología.
Perspectiva psicológica
En la charla “Sobrepeso, obesidad y salud mental: una perspectiva desde el modelo transaccional del estrés”, Barajas Márquez destacó que culturalmente en México se nos ha enseñado que la comida es un factor de unidad o un puente para solventar problemas de la vida diaria.
De igual manera, existe una fuerte presión por parte de las empresas para vender productos altamente energéticos, que sobrepasan fácilmente los requerimientos calóricos diarios de una persona, conduciendo al sobrepeso y obesidad.
Asimismo, es revelador el hecho de que 46 por ciento de las personas afectadas reconozca que los médicos les ha dicho cómo evitar la obesidad, y aun así no cumplen con las recomendaciones.
De ahí que la experta sugiera que la forma en que se lidia con los problemas puede permitir diseñar una estrategia para mejorar el tratamiento.
“Por mucho que duela una situación, si la persona tiene una forma de enfrentamiento adecuada, tal como lo es la reevaluación positiva, saldrá rápido y podrá incluso convertirse en un proceso de crecimiento postraumático; esta idea la aplicamos al sobrepeso para ver cómo el individuo puede interactuar con el ambiente de la manera más adaptativa posible”.
Barajas Márquez continuará revisando este problema desde el Centro de Ciencias de la Complejidad para diseñar estrategias más efectivas a fin de responder a estímulos sin caer en la tentación de comer de más.