Antes de ir a dormir se deben evitar comidas abundantes, así como el consumo de alcohol o de grandes cantidades de líquido, porque aumentan la actividad digestiva y no se puede tener un sueño reparador.
De igual forma, la habitación debe ser exclusivamente para descansar y no una extensión de la oficina o de la sala de juegos, ya que cada vez se duerme menos por estar viendo la televisión, la tableta o el celular y eso altera los ciclos biológicos.
Esa falta de sueño en personas que duermen muy pocas horas provoca trastornos como el sonambulismo, la parálisis del sueño, sueños intensos, pesadillas y alucinaciones hipnagógicas (sentir la presencia de alguien en la habitación).
El director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño (IMMIS), Reyes Haro Valencia, resaltó la importancia de conocer diversos hábitos nocivos que presentan los pacientes que llegan a consulta con dificultades para tener un sueño placentero.
Dormir bien es agradable para el ser humano, ya que proporciona la energía que se requiere para comenzar las actividades del día siguiente, pero en la época actual se repiten malos hábitos constantemente, que impiden un buen descanso y a la larga pueden detonar enfermedades.
El especialista recomendó restringir la cantidad de alimentos y líquidos que se ingieren antes de ir a la cama, al igual que evitar el tabaco y la cafeína, porque son estimulantes e interfieren con el descanso.
Además, realizar ejercicio durante el día evita el sobrepeso y la obesidad, que son factores de riesgo para la apnea de sueño y roncar, por lo que la actividad física contribuye a tener un mejor sueño.