¿Por qué la labor de los sacerdotes ha sido clave en la vida política y social de Chiapas?

El reciente asesinato del sacerdote tzotzil Marcelo Pérez ha golpeado profundamente a la sociedad chiapaneca, dejando un rastro de dolor y sufrimiento entre los cientos de creyentes que lo veían como una figura clave en la región. El hecho ha generado una oleada de indignación y un llamado masivo a las autoridades para que se haga justicia.

Sin embargo, lo sucedido no debería causar sorpresa. Y es que, en las últimas décadas, los sacerdotes católicos han jugado un papel central en la vida social y política de Chiapas. Según Felipe Monroy, experto en temas religiosos, “los sacerdotes siempre han sido una figura relevante para la organización social y el respeto, no solo de las tradiciones, sino también de la dignidad de los pueblos”.

Religiosos como Marcelo Pérez, José Avilés y Heriberto Cruz, así como el histórico obispo Samuel Ruiz, han dejado una huella imborrable en el estado. Para muchos habitantes de San Cristóbal de las Casas, el obispo Ruiz era visto como “un abuelo, un sacerdote, una figura paternal” que encarnaba la lucha por la justicia y la paz.

Expertos como Monroy advierten que los sacerdotes no han sido los únicos actores clave en la construcción de paz en Chiapas. “En el estado hay una historia muy larga de sacerdotes, religiosas, misioneros y misioneras que han tratado de transformar el rostro amargo de estas comunidades”, afirma.

La labor de la Iglesia católica en Chiapas ha sido crucial para articular movimientos sociales que promuevan el diálogo y la reconciliación, con un objetivo común: construir la paz en este estado del sureste mexicano. La muerte de Marcelo Pérez ha reavivado la demanda por justicia y el reconocimiento del papel indispensable que ha desempeñado la Iglesia en esta labor.