Los sistemas de defensa antiaérea rusos derribaron el domingo cuatro misiles, informaron las autoridades, uno sobre la península de Crimea y tres sobre las regiones de Rostov y Briansk, fronterizas con Ucrania.
Un misil de crucero fue derribado cerca de la ciudad de Kerch, en la península de Crimea, sin causar daños ni víctimas, escribió el gobernador instalado por Rusia, Sergei Aksyonov, en la aplicación de mensajería Telegram. No especificó desde dónde se había lanzado el misil.
Crimea fue anexada por Rusia en 2014, pero es reconocida internacionalmente como parte de Ucrania. Funcionarios locales dijeron que el movimiento de tráfico en el puente de Crimea que une la península con el continente ruso se restableció después de una aparente suspensión. No se dio ninguna razón para la interrupción.
En otro incidente, las defensas aéreas derribaron un misil ucraniano sobre la región rusa de Rostov, dijo el gobernador Vasili Golubev en Telegram.
“No hubo víctimas. Los restos dañaron parcialmente los tejados de varios edificios”.
Alexander Bogomaz, gobernador de Briansk, escribió en Telegram que los militares rusos habían derribado dos misiles ucranianos. Un aserradero quedó totalmente destruido como consecuencia de la caída de uno de los misiles, destacó.
Moscú acusa regularmente a Ucrania de ataques contra objetivos dentro de Rusia. Kiev lo ha negado, afirmando que libra una guerra defensiva en su propio territorio.
¿Qué pasó con Crimea?
En 2014, ocurrió un evento importante en la región de Crimea, que es una península en el Mar Negro que formaba parte de Ucrania. En febrero de ese año, estallaron protestas masivas en Ucrania contra el gobierno del presidente Viktor Yanukovych, acusado de corrupción y violaciones a los derechos humanos. Estas protestas, conocidas como la Revolución Ucraniana o Euromaidán, culminaron con la destitución de Yanukovych el 22 de febrero de 2014.
Posteriormente, en febrero y marzo de 2014, grupos armados, que se creía eran tropas rusas sin insignias o “hombres de verde”, ocuparon edificios gubernamentales en Crimea y bloquearon las bases militares ucranianas. Estas acciones fueron seguidas por un referéndum de autodeterminación el 16 de marzo de 2014, en el que la población de Crimea supuestamente votó a favor de separarse de Ucrania y unirse a Rusia. El referéndum fue ampliamente condenado por la comunidad internacional, y la mayoría de los países no lo reconocieron como legítimo.
Después del referéndum, Rusia formalizó la anexión de Crimea, declarando que se estaba reincorporando a Rusia como una entidad federal. Esto provocó una escalada de tensiones entre Rusia y Ucrania, así como sanciones económicas impuestas por varios países occidentales contra Rusia en respuesta a la anexión.
El conflicto continuó en el este de Ucrania, donde grupos separatistas respaldados por Rusia tomaron el control de varias ciudades y declararon repúblicas independientes en las regiones de Donetsk y Lugansk.