En Culiacán, Sinaloa, yace un templo muy particular para los habitantes de esta región de México, pues al interior se encuentra la imagen glorificada de una figura histórica para los criminales mexicanos . Se trata de Jesús Malverde, cuyo busto es venerado en esta pequeña capilla de la delincuencia, ubicada en la calle Independencia.
Conocido como “el santo de los narcotraficantes”, Jesús Malverde es venerado por todo tipo de maleantes de México, pues aunque el fuerte de sus devotos radica en Sinaloa , su popularidad se ha extendido por todo el territorio e incluso ya es una figura reconocida internacionalmente.
Por este motivo, vale la pena recordar la historia de este emblema para los delincuentes sinaloenses, pues su inicio se remonta a principios del siglo XX en esta misma entidad en el oeste de la República Mexicana.
¿Quién fue Jesús Malverde, el santo de los narcos?
Lo primero que debes de saber es que la figura de Jesús Malverde es un mito, una leyenda que ha pasado de voz en voz y que no tiene registros oficiales de haber existido; sin embargo, la fuerza de su nombre es tan grande que, en Sinaloa, cualquiera conoce la historia de este supuesto bandido que robaba a los ricos para beneficiar a los pobres.
Para los fieles de Malverde, la historia indica que a principios de 1900, en los albores de la Revolución Mexicana, surgió un personaje que se dedicó al robo y asalto de las personas más acaudaladas de Culiacán. Era un huérfano en extrema pobreza que pudo sobrevivir gracias a estas actividades ilícitas y su nombre era Jesús Juárez Mazo, quien compartía lo robado con las clases más necesitadas.
Jesús Juárez Mazo era el nombre real de Jesús Malverde, quien se ganó su apodo por su forma de efectuar la mayoría de sus robos, ya que luego del atraco, se escondía rápidamente en terrenos repletos de plantas y árboles, donde desaparecía por varios días hasta realizar el siguiente robo, según cuenta la leyenda.
¿Por qué veneran a Jesús Malverde?
La fama y popularidad de Jesús Malverde se la ganó debido a la forma en la que compartía su botín, especialmente con los miembros de la iglesia de su pueblo, lo que llevó a los beneficiados a externarle todo tipo de agradecimiento, hasta que su figura se convirtió en devoción.
Su muerte está marcada por sus creyentes el 3 de mayo de 1909. Para entonces, a Malverde ya se le atribuían algunos milagros de gente que le pedía algún tipo de ayuda, especialmente por parte de otros delincuentes, por lo que su popularidad se fue extendiendo, hasta que llegó la década de los 70, cuando empezó la primera ola de narcotraficantes mexicanos , justo en Sinaloa.
Los narcos empezaron a venerar a Jesús Malverde luego de que se popularizara la historia de Raymundo Escalante, hijo de un narcotraficante condenado a muerte por su padre, quien herido le pidió ayuda a su figura y “milagrosamente”, fue rescatado por un pescador que le salvó la vida.
Desde entonces, Malverde empezó a ser la figura milagrosa a quien los miembros de la delincuencia organizada le empezaron a rezar, hasta llegar a convertirse en el santo de principales narcotraficantes, como Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, o el propio Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”.