En el mundo de las inversiones existen diferentes tipos de inversionistas dependiendo de sus motivaciones personales, objetivos financieros y conocimientos del mercado. Sin embargo, prácticamente se pueden clasificar en tres tipos, aunque hay más, los cuales son conservador, moderado y arriesgado.
Si estás pensando en comenzar a realizar tus primeras inversiones, pero no sabes qué tipo de inversionista eres y qué puedes hacer con el capital que tienes, este artículo es para ti. Asimismo, si ya diste tus primeros pasos como inversionista, esta pequeña guía te puede servir para orientar mejor tus esfuerzos y aprovechar de mejor manera tu capital.
¿Cuál es el trabajo de un inversionista?
El trabajo de un inversionista prácticamente se resume en invertir su dinero a través de la adquisición de títulos o acciones que le generen rendimientos en un corto, mediano o largo plazo. Sin embargo, aunque parezca una labor fácil, requiere de diferentes procesos.
En primer lugar, un inversionista necesita reunir capital, es decir, dinero con el que posteriormente deberá comprar acciones de una empresa o invertirlo en bonos, fondos, bienes raíces u otros vehículos de inversión. Asimismo, necesita tener nociones de cómo se mueve el mercado y contar con habilidades para tomar decisiones acertadas y controlar sus emociones.
Parte de esta labor también incluye la creación de un portafolio o cartera de inversión que contenga diversos instrumentos de deuda y capitalización, ya sea de bajo o alto riesgo, o que incrementen el capital en diferentes periodos. Esto con el objetivo de tener diferentes opciones que aseguren sus ganancias.
¿Cuáles son los tipos de inversionistas que existen?
No todos los inversionistas son iguales, pues cada uno tiene objetivos diferentes, por lo que existen diferentes tipos de inversionistas que responden a tres factores fundamentales, la tolerancia al riesgo, objetivos financieros y conocimiento del mercado.
De esta manera, se pueden clasificar en 3 tipos: conservador, moderado y agresivo, aunque no son los únicos.
Conservador: prioriza la seguridad de su capital, por lo que prefiere inversiones de bajo riesgo y con una rentabilidad estable. Su horizonte de inversión en general es a corto plazo, con inversiones certeras y no tan volátiles, ya que puede utilizar parte de sus ganancias para gastos corrientes.
Moderado: busca el equilibrio entre riesgo y rentabilidad combinando inversiones seguras con algunas de mayor riesgo. Tiene mayor tolerancia a la volatilidad, por lo que busca obtener ganancias a mediano y largo plazo, pero sin sacrificar demasiado la seguridad.
Arriesgado: tiene gran tolerancia al riesgo y la volatilidad, por lo que está dispuesto a enfrentar pérdidas en busca de grandes ganancias. Prioriza el crecimiento de su capital sobre la estabilidad, por lo que invierte a largo plazo en acciones, criptomonedas, mercados emergentes y otros vehículos de inversión
Además de estos tipos, también podemos encontrar otros como el inversionista especializado, que es aquel que tiene un conocimiento profundo y experiencia en un sector, industria o clase de activo específico, lo que le permite tomar decisiones informadas y estratégicas.
Asimismo, encontramos a los inversionistas que invierten en emprendimientos cuyos fundadores tienen una relación de parentesco con ellos, es decir, que son familiares o amigos a quienes suelen prestar pequeñas cantidades de dinero con el objetivo de poner en marcha o hacer crecer una empresa.
¿Qué hay que estudiar para ser inversionista?
Si buscas convertirte en un inversionista profesional , te tenemos buenas noticias, no es necesario estudiar una carrera universitaria para ello, aunque sí es indispensable que cuentes con capital y cierto conocimiento del mercado y los vehículos de inversión que existen.
Aun así, hay profesiones que están relacionadas con las inversiones y que te podrían facilitar el camino, por ejemplo las carreras de finanzas, matemática financiera, economía, administración de empresas, contabilidad, actuaria, entre otras relacionadas.
No obstante, para convertirte en un experto de las inversiones es indispensable que tengas conocimientos sobre análisis de datos financieros, gestión de riesgos, lectura de indicadores financieros, y sobre todo, tener desarrollar una excelente habilidad para tomar decisiones.
