¿Milagro o ciencia? Los secretos que esconde el ayate de Juan Diego

A 493 años de fervor y esperanza, el ayate de Juan Diego es un elemento fundamental en la historia de la Virgen de Guadalupe . Según los relatos históricos, este sencillo tejido se convirtió de manera milagrosa en el lienzo donde quedó plasmada una de las imágenes religiosas más veneradas, no solo en México, sino en todo el mundo: Santa María de Guadalupe.

En Fuerza Informativa Azteca (FIA) te contamos exactamente que es el ayate, de qué está hecho, y los misterios que hacen tan especial la tilma para los fieles católicos.

El ayate es una tela de origen prehispánico, elaborada principalmente con fibras naturales, como la del maguey, llamada ixtle, y que se extrae mediante las plantas de agave.

Este material era común en la época mesoamericana, ya que los indígenas lo utilizaban para diversas actividades, como recolectar alimentos, cargar mercancías o como vestimenta básica.

La producción del ayate implicaba un proceso artesanal que consistía en extraer las fibras del agave, lavarlas, secarlas y luego tejerlas manualmente en un telar rudimentario. El resultado era una tela resistente pero áspera, adecuada para las necesidades de la vida cotidiana de los pueblos originarios.

El ayate de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el indígena de etnia chichimeca al que se le atribuye la aparición de la Virgen de Guadalupe , es único en su tipo, según diversos estudios científicos que han intentado describir los misterios de la Morenita del Tepeyac.

De acuerdo con Nican Mopohua, un texto hagiográfico escrito por el indígena Antonio Valeriano en el siglo XVII, en el ayate quedó impresa de manera milagrosa la imagen de la Virgen ante Juan Diego y el obispo fray Juan de Zumárraga.

La tela donde se encuentra la imagen de la Guadalupana mide aproximadamente 1.68 metros de largo y 1.05 metros de ancho. Aunque está hecho de fibras de maguey, algunos estudios han encontrado peculiaridades que lo distinguen de los ayates comunes, como una textura más fina y una resistencia inusual a factores como la humedad y el desgaste.

Investigaciones científicas realizadas a lo largo de los años al ayate, han detectado elementos que no pueden explicarse fácilmente desde el punto de vista técnico o artístico del siglo XVI.

• En 1666 se realizó el examen científico más antiguo de la imagen impresa, revelando que era prácticamente imposible, que una imagen así de nítida haya sido pintada al óleo o al temple sobre el ayate.
• En 1936, investigaciones del Instituto Kaiser Wilhelm también revelaron que en las fibras de ayate no se ven trazos de colorantes ni vegetales, ni animales, ni minerales, por lo que prácticamente se concluyó que la pintura no es de origen conocido.

Lo que sorprende a los expertos es que, pese a la fragilidad de este tipo de tela, el ayate ha resistido el paso de los siglos. En condiciones normales, solo tendría una duración de aproximadamente 10 a 20 años. Sin embargo, el ayate guadalupano ha sobrevivido más de 493 años, lo que muchos consideran un milagro en sí mismo.

Hoy en día, la tilma se encuentra resguardado en la Basílica de Guadalupe en la CDMX, donde recibe a millones de peregrinos cada año, convirtiéndose en un puente entre el pasado prehispánico y el presente moderno.