El presidente Vladimir Putin firmó un decreto para exigir a los compradores extranjeros el pago en rublos por el gas ruso a partir de mañana 1 de abril y en el que se establece que los contratos serán cancelados si no se realizan los pagos con esa moneda.
“Hoy firmé un decreto que establece las reglas para el comercio del gas ruso con los llamados países inamistosos” y que entrarán en vigor el 1 de abril, dijo Putin previo a una reunión.
“Para comprar gas ruso , deben abrir cuentas en rublos en bancos rusos. A partir de estas cuentas se efectuarán los pagos por el gas entregado a partir de mañana”, agregó el presidente ruso, quien ya había amagado hace unos días con cobrar en rublos los energéticos que exportan.
“Si no se realizan estos pagos, lo consideraremos un incumplimiento por parte de los compradores, con todas las consecuencias que ello conlleva. Nadie nos vende nada gratis, y nosotros tampoco vamos a hacer caridad, es decir, los contratos existentes se suspenderán”.
Europa emplea un tercio de gas ruso, por lo que la energía es la palanca más poderosa a disposición de Putin en su intento por responder a las duras sanciones occidentales por su invasión de Ucrania.
Su decisión de obligar al pago en rublos impulsaba a la alza al rublo, que tocó mínimos históricos tras la invasión del 24 de febrero, pero se ha recuperado desde entonces.
El ministro de Economía francés dijo que París y Berlín se están preparando para un posible escenario de interrupción de los flujos de gas ruso, algo que provocaría una gran crisis energética en Europa.
Europa ya inició campaña para reducir consumo de energía
Pese a que los precios de la energía se han disparado durante meses y los suministros son escasos, la mayoría de los gobiernos en Europa ha evitado tomar una medida que temen pueda ser impopular, pero ante el creciente temor de que Rusia pueda cerrar los grifos, el mensaje en algunas capitales está empezando a cambiar.
“Cada kilovatio-hora cuenta”, dijo el miércoles el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, al declarar una “alerta temprana” sobre una posible emergencia en el suministro de gas.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), que tiene sede en París, dijo que, cuando son a gran escala, los pequeños cambios de comportamiento pueden reducir considerablemente la demanda por gas y petróleo.