Las calles de Tiflis, la capital de Georgia, se han convertido en el epicentro de una ola de protestas masivas que no dan señales de terminar, ya que miles de personas, de todas las edades y estratos sociales, se manifiestan a diario para expresar su rechazo a la decisión del gobierno de suspender el proceso de adhesión a la Unión Europea y exigir un cambio político que acerque al país a Occidente.
La chispa que encendió la llama de la protesta fue la aprobación en primera lectura de un proyecto de ley sobre “agentes extranjeros”, que obligaría a las ONG y medios de comunicación que reciben más del 20% de su financiamiento del extranjero a registrarse como “agentes de influencia extranjera”.
También estarían sometidos a la supervisión del Ministerio de Justicia y obligados a compartir información confidencial y presentar una declaración financiera anual.
Esta ley, similar a una legislación aprobada en Rusia en 2012, ha sido ampliamente criticada por organizaciones internacionales y gobiernos occidentales, que la consideran un ataque a la libertad de expresión y un intento de silenciar a las voces críticas con el gobierno.
Los manifestantes acusan al gobierno del Primer Ministro, Irakli Garibashvili, de ceder a las presiones de Moscú y de alejarse de los valores democráticos y europeos.
“No a la ley rusa”, “Georgia es Europa” y “Garibashvili dimisión” son algunas de las consignas que se escuchan en las protestas.
El anhelo de Georgia y su futuro en la Unión Europea
Para muchos georgianos, la integración a la Unión Europea representa la garantía de un futuro de prosperidad, democracia y estabilidad.
El recuerdo de la guerra de 2008 con Rusia, que dejó un profundo trauma en la sociedad de Georgia, refuerza el deseo de alejarse de la esfera de influencia rusa y acercarse a Occidente.
#Georgiaprotest Christmas tree redecorated by Georgian protesters pic.twitter.com/xcByLnr7ZU
— Salome Zourabichvili (@Zourabichvili_S) December 8, 2024
Además del retiro de la controvertida ley y la reanudación del proceso de adhesión a la UE, los manifestantes exigen la convocatoria de elecciones anticipadas.
Argumentan que las últimas elecciones parlamentarias, en las que el partido Sueño Georgiano de Garibashvili obtuvo la victoria, no fueron limpias y que el gobierno actual no representa la voluntad popular.
Las protestas en Georgia se caracterizan por su diversidad. Jóvenes y adultos, estudiantes y trabajadores, personas de diferentes ideologías y orígenes se unen en un clamor común por la libertad y un futuro europeo para su país.
El gobierno de Garibashvili se mantiene firme en su posición y ha rechazado las demandas de los manifestantes. La situación en Georgia sigue siendo tensa y el futuro del país es incierto.
Lo que sí es claro es que la sociedad georgiana está decidida a luchar por sus derechos y por un futuro en el que Georgia sea parte de la familia europea.